No se ha incrementado el número de deportados en Tijuana

Por Francisco ALEJANDRE

La información poco confiable, en muchas ocasiones carente de veracidad, ha generado pánico en algunos sectores de la población migrante, hay mucha gente que siente temor por las medidas anunciadas durante la retórica que la campaña de Donald Trump lo llevó a la presidencia del país más poderoso del mundo.

En Las Vegas se generan con frecuencia rumores sobre redadas de ICE, las versiones se apoyan en lo que “me dijo mi comadre”, no a fuentes fidedignas, confiables, y amparadas en comunicados oficiales. Por el contrario, cuando los rumores crecen, sobre todo en redes sociales, las partes gubernamentales se encargan de aclarar los rumores y explican que sólo hacen su trabajo, con normalidad, como lo han venido haciendo los últimos cuatrienios presidenciales.

Ante la alarma y el miedo generalizado, acudimos al desayunador “Casa Padre Chava” que se localiza a escasos metros de la frontera entre Tijuana y San Ysidro, para conocer, de primera mano, las escalofriantes cifras de deportados.

Para nuestra sorpresa, no se ha incrementado el número de personas deportadas en los primeros meses del año.

“La ola de deportaciones, o deportaciones masivas de la administración Trump, es un fenómeno mediático, que puede refutarse con las cifras de migrantes que atendemos en este centro. No se ha registrado un incremento sustancial comparado con los años 2014, 2015 ó 2016”, aclaró el Hermano Leonardo Martínez, que junto a Claudia Portella, se encargan de brindar alimento, todos los días, a los migrantes que son devueltos a México.

“El Desayunador Salesiano Padre Chava de Tijuana se estableció el 30 de enero de 1999 por el padre Salvador Romo Gutiérrez y la señora Margarita Andonaegui junto a un grupo de voluntarios. La fundación tuvo lugar cuando al padre Chava le detectan un cáncer muy avanzado”, comentó Claudia Portella en charla con El Mundo, dentro del amplio salón, que era limpiado por voluntarios.

“No hay un pago, todo lo que se da es de manera gratuita, algunos grupos ayudan, empresas, clubes de amigos, que se encargan de patrocinar la comida. Los alimentos se distribuyen de lunes a sábado. Hay un grupo base, de los que se albergan aquí. Además de dar de comer, hay otros 14 servicios, uno de ellos es el albergue, asesorados por algún voluntario externo”, acotó.

Además de dar desayuno, dan otros servicios que llaman de dignificación, ofrecen duchas, cortes de cabello, ropa limpia y ropa en buen estado, atención médica y para que puedan llamar por teléfono a sus familias. También los orientan según el caso a acudir a distintas instancias de gobierno, de derechos humanos o migratorios para obtener un documento.

En las redes sociales destaca información de los servicios que proveen, así como testimoniales de gente que ha colaborado con la noble labor que realizan en el centro.

El hermano Leonardo Martínez explicó que desde su fundación el Desayunador Salesiano nunca ha dejado de dar alimento a los emigrantes y deportados en la ciudad fronteriza.

Tijuana acoge a los emigrantes, es una ciudad que se formó de emigrantes. En todas las familias alguien vino de otro lugar a quedarse, era una sociedad muy acogedora aunque lamentablemente, por las malas influencias de algunos, se ha criminalizado a los emigrantes, a los que se identifican con maleantes y se ven como un riesgo y un problema.

El religioso asegura que “una de las principales causas de las deportaciones es andar sin documentos, otra no tener el permiso de conducir o hacerlo alcoholizados y, por último, la violencia doméstica”.

Muchos de los deportados de los últimos dos años es gente que, como promedio, llevaba más de 10 años en Estados Unidos y de ahí para arriba, es gente que tiene esposa, hijos y tenía una casa.

Su idea es volver: aquellos que saben que tuvieron un problema legal no pueden volver porque corren el riesgo de estar en prisión y prefieren quedarse en la frontera con la idea de sentirse cerca de Estados Unidos, cerca de su familia; volver hacia el sur no lo ven como una posibilidad. Ya no tienen a nadie en México.

 

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