Cuando roble viene de Robledo... Bertha y sus más de 80 años

Por Roberto PELÁEZ

Con la pasión de una mujer joven Bertha Robledo se apresta a tomar la curva que la conduce a su cumpleaños 81 el venidero 18 de octubre, y cuando platica de su ímpetu, sin pensarlo subraya... lo heredo de mi madre, una luchista por excelencia, no se da por vencida nunca, llevo su empuje en la sangre, afirma categórica, con un deje de orgullo.

Oriunda de Tampico, Tamaulipas, reside desde 1956 en los Estados Unidos y en Las Vegas hace 33 años; es madre de cuatro varones: José Luis y Juan Jesús (56 años), Oscar (54) y Rey David (51).

Reconozco que pude estudiar muy poco, apunta, tras tras graduarme de sexto grado comienzo a trabajar para ayudar a mis padres en el sostén de la familia y la casa.

Vengo a los Estados Unidos aun sin cumplir los 20 años, o sea, he vivido la mayor parte de mi vida aquí, pero no olvido mi tierra, mis raíces que son también las de mis padres y abuelos, por eso voy a Tampico todos los años... lo que vive dentro de una es difícil arrancarlo, afirma. 

Cómo voy a olvidarme de las empanadas de camarón, las jaibas rellenas, el ceviche de lisa, el pescado frito, los langostinos a la plancha, róbalo en escabeche o unas exquisitas zarzuelas de mariscos, pienso en eso y me da hasta hambre, agrega sonriente.

Sí, aquí el principio es duro, llego a trabajar desde las 6 de la mañana a las 10 de la noche, rememora, y por mi temperamento no me gusta estar sentada, siempre busco algo que hacer, soy muy rápida (o era, señala, y otra vez deja ver su contagiosa sonrisa) en las labores de la casa... no, no le puedo decir si la comida que hago me queda buena, pero se la comen toda, indica y vuelve a sonreír.

Hace poco más de dos años la entrevistada pone a un lado la edad y participa en la marcha del Primero de Mayo, camina bajo el sol desde el Treasure Island hasta el hotel y casino Palms, y por si fuera poco ese mismo día al llegar a casa se prepara y a las 10 de la noche toma el autobús rumbo a Carson City para un encuentro con legisladores... ya le digo, no me gusta detenerme, resalta. Para mi no existe el cansancio... ya descansaré bastante, comenta.

Se le empañan los ojos cuando se refiere a José Luis Robledo, fue mi esposo por muchos años, un esposo intachable, pero fallece hace poco más de 10 años, acota con la voz entrecortada.

Habla de su predilección por la sopa de res y de pollo, por las fajitas, esa es mi comida preferida, para luego platicar de sus nietos, un varón (Ángelo Guillermo) junto a Verónica, Marisol y Selena, son cariñosos, expresa, obedientes, a mi me basta con que sean buenos hijos.

Trasciende que tiene una casa en Houston, Texas, es un obsequio del matrimonio Bass, al que ayudo con sus hijos, unos niños que son como mis hijos o nietos, a tal punto me consideran que recibo las invitaciones para sus eventos de graduación de high school y me las arreglo para viajar y estar con ellos en esos momentos tan importantes, ellos me recuerdan con cariño y yo también, afirma. 

Ah, periodista, se me olvidaba, soy la voluntaria de Chispa de más edad, ya estuve en un curso de capacitación, tengo mi credencial, porque creo le debemos dejar un mundo limpio a las futuras generaciones, no me gusta la contaminación.

Quiero, prosigue, que los niños y jóvenes sean obedientes y buenos hijos, cuando eres buen hijo eres buen amigo, buen esposo, y sobre todo que estudien, se mantengan lejos de las drogas y el alcohol porque eso no es bueno... el futuro de ellos, me alegraría mucho que salieran adelante.

 

Bueno, extiende la mano en señal de despedida, otro día seguimos la plática, ahorita tengo que irme al gimnasio a hacer mis ejercicios... ¿por qué no va conmigo?

 

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