Penalizar cultivo de drogas socava plan de desarrollo de la ONU

Por Maurizio Guerrero. Corresponsal

 

Nueva York, 11 Feb (Notimex).- Penalizar el cultivo de drogas fracasó en reducir la producción de narcóticos en el mundo y, en cambio, al castigar a parte de la población rural de países emergentes socavó las estrategias de desarrollo delineadas por la ONU, apuntó un informe.

Elaborado por el grupo civil Open Society Foundations, el reporte destacó que el cultivo de drogas en países emergentes es un tema que debe abordarse en sintonía con las políticas de desarrollo sostenibles basadas en derechos y que busquen empoderar a las comunidades rurales.

Titulado “Producción de cultivo de drogas, pobreza y desarrollo”, el texto presentado el martes en Nueva York, resaltó que las políticas internacionales conciben a los agricultores dedicados a la cosecha de enervantes bajo un enfoque de seguridad y de lucha contra el crimen.

Estos esquemas de criminalización de cultivos, explicó el documento, se basa en beneficios que “simplemente no han sido demostrados”, además que estas iniciativas van en sentido contrario a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que definen la agenda social hacia el año 2030.

Julia Buxton, autora del informe, indicó que resulta imposible impulsar el desarrollo en un país emergente cuando al mismo tiempo se criminaliza a una parte de sus comunidades rurales sin ofrecerles alternativas económicas tangibles.

“Absolutamente, creo que estos enfoques están en contradicción completa con los ODS, que miden su progreso en la reducción de la pobreza, cuando criminalizan a un sector completo de la comunidad rural”, afirmó Buxton.

En entrevista con Notimex, la investigadora expresó que es contrario a las metas de desarrollo basar el éxito de una política simplemente en la reducción de los cultivos de estupefacientes, ya que se fuerza así a los agricultores a una situación aún más vulnerable.

Precisó que la reducción de cultivos de drogas debe ser acompañada de políticas de distribución de la tierra, acceso a mercados para productos agrícolas, disponibilidad de créditos, disminución de las desigualdades políticas y económicas, e impulso al bienestar de las poblaciones rurales.

Las políticas de reducción de la superficie de cultivos, por si solas, “simplemente no están consideradas como una buena práctica en términos de estrategias para el desarrollo”, además que la evidencia apunta a que no eliminan la cosecha de drogas, sino que la desplazan.

“Necesitamos entender el cultivo de drogas como un problema de desarrollo en ambientes rurales, empobrecidos y en conflicto”, puntualizó Buxton.

Criticó en ese sentido que los ODS no tomaran en cuenta el tema del cultivo de la droga en el mundo, lo que a su juicio “socava su legitimidad y su credibilidad como serias metas de desarrollo”.

Al respecto, Buxton rechazó que el enfoque en torno al cultivo de enervantes pudiera ser modificado durante la sesión especial sobre drogas programada para abril próximo en la Asamblea General de la ONU, en la que se abordarán las convenciones internacionales sobre estupefacientes.

Consideró, sin embargo que es preciso iniciar el debate internacional para despenalizar el cultivo de drogas, en especial a la luz de las tendencias que apuntan a la regulación del consumo de estupefacientes, que delatan a su juicio una cierta hipocresía de parte de países desarrollados.

“No debemos aceptar la hipocresía de Estados Unidos y de algunos países de Europa, que despenalizan el uso de drogas al mismo tiempo que esperan que países como Líbano, Marruecos o México erradiquen sus cultivos”, enfatizó Buxton.

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