En Qatar 2022, se reúnen 32 selecciones por una Copa

Conservador, multicultural, acogedor y seguro. Qatar es un pequeño país de contrastes con menos de tres millones de personas de los que un 80 % son extranjeros. Su gran baza para abrirse al exterior es la Copa del mundo y demostrar su evolución social, cultural y económica.

El torneo es uno de los más polémicos de la historia, por los casos de corrupción en la FIFA, las condiciones laborales de los trabajadores en la construcción de los estadios y las infraestructuras, la igualdad entre hombres y mujeres o la censura a la comunidad LGTBI. 

“Hay muchas preguntas y quiero tranquilizar a la gente. Qatar es un país conservador. Pudoroso. Las restricciones a las personas y la forma en que viven no son tan grandes como se hace creer”, asegura el CEO del Mundial Qatar 2022, Nasser Al-Khater. 

Se trata de un país con normas culturales y religiosas identitarias. Se recomienda vestir cubriendo los hombros, pantalones por debajo de las rodillas, restringido el consumo del alcohol, no son bien vistas las muestras de afecto entre parejas y es mejor no quedarse mirando a la gente o fotografiarla sin permiso. Escupir en la calle o tirar basura está sancionado, no se toleran las drogas. 

“La demostración pública de afecto no es algo a lo que estemos acostumbrados aquí”, añade Al-Khater.

Lo primero que llama la atención es la sensación de estar en un país nuevo. Todas las calles, infraestructuras, transportes o edificios lucen perfectos.

Grupos: A (Qatar, Ecuador, Países Bajos y Senegal); B (Inglaterra, EEUU), Gales e Irán); C (Argentina, México, Polonia y A. Saudita); D (Francia, Dinamarca, Australia y Túnez); E (Alemania, España, Japón y Costa Rica); F (Croacia, Bélgica, Canadá y Marruecos); G (Brasil, Serbia, Suiza y Camerún), y H (Portugal, Uruguay, Ghana y Corea del Sur). Doha (EFE)

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