Enmanuel quiere ser un peleador profesional

Por Roberto PELÁEZ

Enmanuel Rojas supo desde muy pequeño que su vida estaría ligada al boxeo. Por eso cuando su padre le dice ‘tienes edad para comenzar a practicar un deporte’, él no lo piensa dos veces... “nos vamos al gimnasio, se pone los guantes y comienza a tirar golpes al aire”, recuerda Freudis Rojas, líder del llamado Team Rojas.

Fotos en las paredes, medallas, trofeos, guantes, indican al visitante que este es, sin dudas, un hogar de boxeadores: Freudis, de Guantánamo, Cuba, tierra de peleadores; Laura (mexicana) es jueza de boxeo; Freudis (junior), ganó bronce en el último campeonato mundial amateur y busca un puesto en la selección de Estados Unidos para Tokio 2020... por si fuera poco, Carina -la niña linda de papá- también boxea. 

‘Muévete a los laterales, no dejes de jabear, córtale el paso, busca la pelea por dentro, camina el ring’, se escucha la voz de Freudis, el ‘tronco’ de esta familia, amante de Dios, del boxeo, quien al referirse al estilo  que muestran sus hijos sobre el ring, comenta: “prefiero tomar lo mejor de las escuelas cubanas, mexicana y de Estados Unidos... sin rehuir el combate, apunta, considero que lo primero es cuidar al peleador, esto es boxeo, los golpes dejan secuelas, entonces usted debe pelear, dar un bonito espectáculo, pero también tiene que priorizar la técnica, pulir elementos defensivos, no recibir golpes innecesarios.

“Mayweather, Whitaker, continúa, fueron boxeadores defensivos por encima de todo, entonces tomamos eso, apostamos por el boxeador integral, que haga las cosas bien en la corta y larga distancia, sepa hacer ajustes ante el estilo o la estrategia del contrario”, asegura Rojas.

Enmanuel, quien ya ha mostrado su calidad en diferentes torneos, no tiene la estatura de su hermano mayor (Freudis tiene más de seis pies, con brazos largos), pero, consideran los especialistas, cuenta con más pegada, es ‘fajador’ domina varias combinaciones de golpes y no sorprendería verlo ‘saltar’ al profesionalismo antes que concluya el año.

La eterna discusión entre amateur y profesional sale a relucir, y Freudis reflexiona: “es cuestión de concepto, e incluso de necesidades, mi hijo mayor considera un altísimo honor defender los colores de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos, aunque después pase al profesionalismo, y el menor pues quiere ser un peleador que reciba dinero por sus pleitos.

 

“En Team Rojas, abunda, lo tenemos bien claro, algunos aficionados y especialistas critican al amateur, olvidan que un título olímpico te acompaña toda la vida, no se pierde, y por otro lado valoramos que -sin dejar de superarse, mis hijos siguen adelante en sus respectivas escuelas, el mayor estudia medicina-, el profesional puede garantizar una mejor vida a su familia... para nosotros lo primero es aprender, prepararse al máximo, estar listo para enfrentar los retos, sea amateur o profesional, subraya, y en esa dirección trabajamos, con mucha dedicación, disciplina y amor por el boxeo”, sostiene.

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