Salón de la Fama del Boxeo en NV, otra sobresaliente página de gloria

Por Roberto PELÁEZ

Alegría, emociones, palabras entrecortadas, ojos humedecidos, junto al reconocimiento a carreras distinguidas, fueron aspectos distinguidos en la más reciente inducción al Salón de la Fama del Boxeo en Nevada, que tuvo lugar el sábado 18 en el Caesars Palace.

Nombres que por años se enseñorearon en las marquesinas en anuncios de peleas para no perderse,  fueron mencionados en muestra inequívoca de que sus hazañas, sus meritorias carreras sobre el ring, no pueden pasar al olvido.

Imponente Laila Ali, junto a figuras imprescindibles como Shane Mosley, Chris Byrd, Todd duBoef, Kevin Kelley, Don Minor, además del entrañable senador Harry Reid, Jerry Roth y Ernie Shaver, fueron inducidos al Salón de la Fama, pertenecen a otra estirpe, a otra clase, la de los inmortales.

Con carácter póstumo fueron reconocidos el nica Alexis Argüello, Henry Armstrong, Jack ‘Doc’ Kearns, Aaron Pryor y Bill Miller; todos ellos conocieron la gloria, tocaron el cielo con las manos, gracias a su desempeño viven en la memoria de los aficionados, y ese sin dudas es un premio mayor.

El Salón de la Fama del Boxeo en Nevada, fundado por Rick Moratta, y de manera certera guiado por Michelle Corrales, vivió el 18 de agosto una velada para el recuerdo.

Exponentes de la prensa tuvieron entre otras las posibilidades de platicar con figuras como el cubano (guantanamero) Joel Casamayor, con Jesse Vargas y Michael Carvajal, todos ellos también con sobresalientes hojas de servicios.

En el clásico torneo de boxeo de rango amateur, los asistentes tuvieron la posibilidad de ver en acción  a Freudis Rojas, medallista de bronce del más reciente Campeonato del Mundo, y quien tiene muchas opciones para integrar la selección de los Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Zurdo, espigado, dueño de buena técnica, rápido sobre el encerado, Rojas hizo las delicias del público que lo aplaudió.

 

Fue, como si de manera simbólica, el medallista de bronce del orbe tomara el relevo de aquellas figuras legendarias para seguir adelante en un camino preñado de dificultades -en deportes nada es fácil- que reserva el mayor brillo a sus hijos predilectos, ésos que gracias a sus puños, su entereza y valor, se empinan hasta las estrellas.

 

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