Si de bateo se trata... Willy Tavera es un buen ejemplo

Por Roberto PELÁEZ

Tras el anuncio -tras la autorización- de que vuelven las actividades beisboleras, centenares de aficionados se frotan las manos, pues no cabe dudas de que se trata de uno de los deportes más hermosos, dueño de un sin fin de estadísticas y estrategias.

Después de muchos años vinculado al periodismo deportivo, sobre todo en Cuba, considero que posiblemente batear sea una de las cosas más difíciles (conseguir tres imparables en 10 turnos se considera algo meritorio), entonces quizás coincidamos en que darle a una pequeña pelota, que se nos viene encima a unas 90 millas es sin dudas exigente, por no mencionar la curva.

Varios aficionados siguen el desempeño de los equipos en Las Vegas Baseball League (LVBL), sobre todo para saber qué equipo gana, cómo va la tabla de posiciones, quienes clasifican a la semifinal, pero el bateo atrae... la posición en el home play, el agarre, el estudio de los lanzadores contrarios, la disciplina, el saber discriminar envíos en zona mala que confunden a cualquiera.

En mi opinión el dominicano-americano Willy Tavera, pieza fundamental por muchos años del potente equipo Caribeños, es el ejemplo a seguir si de bateo se trata -es el tema que nos ocupa-; la mecánica del swing, el balanceo, el control sobre la parte más gruesa del bate, el ajuste correcto en correspondencia con los lanzamientos, son detalles que no le resultan ajenos a este jugador, que por más detalles es todo un veterano.

Un buen bateador (en la liga que sea) tiene la habilidad de utilizar todo el terreno, sabe lo que quiere batear, si no viene su lanzamiento lo deja pasar, y si viene pues hace swing y lo golpea con fuerza, o sea, es paciente, espera el lanzamiento que desea.

Cualquier plática o discusión sobre buenos bateadores no puede poner a un lado la coordinación mano-ojo, la fuerza, el modo profesional en el plato, el entendimiento de las situaciones de juego y claro, una marcada devoción por batear, y lo hace sin emocionarse mucho, sólo va al home play a ‘hacer su trabajo’.

Tavera tiene la habilidad de mover el bate en sus manos, llevarlo a lo largo del plato y extenderlo cuando es necesario, sabe perfectamente qué necesita su equipo y el lanzamiento que desea batear.

 

Está claro que ser un buen bateador no se consigue de hoy para mañana, en su caso se conjuga talento, años de experiencia, tiempo de práctica, de observar a los pitchers, de hacer ajustes, además de buena vista; poseer una buena mecanica de bateo requiere sin dudas trabajo, lo que se traduce en horas-terreno.

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