Impulsó escritor Álvaro Enrigue “literatura dreamer” desde Nueva York

El escritor mexicano Álvaro Enrigue impartió en NY un taller de literatura para “dreamers” o jóvenes traídos a EEUU en su niñez, donde se fragua una suerte de subgénero testimonial de la ficción basado en la angustia de la posible deportación.

Promovido por el Club PEN , el taller terminó el 30 de abril su tercer ciclo con una lectura en el festival internacional de literatura que cada año celebra esta institución en Nueva York.

Los sobresalientes textos compartidos en la lectura reflejaban la tensión de familias en riesgo de separación y la angustia ante un futuro incierto que depende de que cortes federales en EEUU mantengan o rechacen el programa de deportación diferida o DACA.

“Lo que estamos viendo es el testimonio de una generación viviendo en una situación excepcional, que quiere a un país que no los quiere y que pertenece a una tierra que no quiere que pertenezcan a ella. Sí, todos sus textos están recorridos por la angustia y la ansiedad”, explicó Enrigue.

En entrevista con Notimex, el escritor ganador del Premio Herralde de Novela 2013 por “Muerte Súbita” destacó que esta literatura ha sido creada por personas que atraviesan condiciones únicas, con vidas transcurridas durante largas temporadas bajo las sombras y que tienen mucho que decir.

Enrigue indicó que la intención original había sido crear un taller para trabajadores inmigrantes sin documentos de Nueva York, aunque PEN terminó por decidirse por darle voz a un grupo que en 2016 aún no era muy visible: “los dreamers”.

En su segundo año, ya electo Donald Trump como presidente de Estados Unidos, el proyecto se tiñó de ansiedad. Este año, ya cuando el presidente había anunciado su intención de eliminar DACA, el impulso original se tornó en urgencia ante la amenaza de la deportación.

El taller en un inicio atrajo esencialmente a alumnos de la Universidad de la Ciudad de NY (CUNY), institución que promovió también estos ejercicios. Ahora acuden 12 jóvenes de toda la ciudad, la mayoría mexicanos, que incluso reciben una beca modesta.

“Con trabajo hemos conseguido que en una ciudad con gran población de migrantes, algunos de los mejores escritores entre ellos hayan terminado en el taller”, consideró Enrigue, que dedica un día a la semana al proyecto que imparte como voluntario.

 

Si en la primera lectura del taller asistieron nueve personas, la mayoría familiares de los talleristas, en la tercera lectura, celebrada el pasado 22 de abril, el Nuyoricans Café de Manhattan registró el lleno completo de sus 75 asientos, con asistentes que incluso permanecieron de pie. Nueva York (NOTIMEX)

 

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