“Aprender no ocupa lugar”: Dra. Rosaly Díaz Torruellas

Por Roberto PELÁEZ

La mujer que tengo delante, locuaz, de sonrisa fácil, mira atrás, contempla su vida como una película del que le adelantaron el final. “A los nueve años, comenta, abría las muñecas para saber qué tenían dentro”.

Estudia medicina en su natal Puerto Rico, donde obtiene la licenciatura en una Sala de emergencias, “ahí -dice- decido inclinarme por la especialidad en medicina interna; estudio y trabajo durante tres años en Guadalajara, una hermosa ciudad de México; regreso a Puerto Rico y me involucro en la Fuerza Aérea, allá por el 2011, pertenezco a la Reserva, soy la única médico de mi familia”, afirma, y sus ojos brillan de manera especial.

Platica de su esposo (Luis Balseiro), de sus hijos,  y añade: “estando en la Fuerza Aérea, soy designada a la base Nellis, de manera que vengo a dar a Las Vegas, comienzo a trabajar en un hospital civil, permanezco durante tres años.

“En el 2018, luego de siete años en la Fuerza Aérea, explica, paso a lo que se denomina ‘reserva inactiva’, todo ello sin dejar de estudiar... soy de las personas que consideran que el médico no termina de estudiar nunca, es importante estar bien informada, actualizada de lo último en el mundo de la medicina, los avances son ostensibles, hay equipos, métodos nuevos, además, para mí es relevante conocer a los pacientes, platicar con ellos”, enfatiza.

Aparte de los estudios, la dedicación, la familia misma, la Dr., Díaz Torruellas concede también especial relevancia al bilingüismo.

“Me ayuda sobremanera, advierte, agradezco que mis padres no permitieron a mi hermana y a mí que perdiéramos el español, eso me permite la relación con el paciente de que platicaba antes, porque estoy enfocada en la comunidad hispana, en ofrecer un servicio de calidad, y no tengo dudas de que hablar el mismo idioma de la persona que atiendes es algo que crea, fortalece la relación médico-paciente.

“Cuando te desenvuelves en el idioma de quien acude a ti con un dolor, hay más confianza, el paciente se siente en familia, no hay barreras que se interpongan, puede explicar en detalles sus dolencias, los síntomas que experimenta, y eso ayuda al profesional a la hora de emitir un diagnóstico, enfrentar una patología, explicar los efectos que puede causar determinado medicamento”, resalta.

Como especialista en medicina interna, la conversación gira en torno a la alimentación, las patologías que más afectan a los hispanos del valle, el funcionamiento de algunos órganos “ahí estriba lo conveniente de poder platicar sin intermediarios, de manera que puedo explicarle detalles de una alimentación sana, lo perjudicial que resulta la obesidad, cómo se atrofian o se afecta el funcionamiento de algunos órganos, explicar por ejemplo si es conveniente comer con mucho chile o no, que es una pregunta recurrente... les comento porqué es conveniente para la salud ingerir alimentos varias veces al día (por supuesto no en grandes cantidades), realizar actividades físicas, ejercicios, caminar, no bajo altas temperaturas, pero sí dentro de la casa.

 

“¿Sabe qué me gustaría? Y se responde: visitar un centro penitenciario de mujeres”.

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