Amantes de la pintura conocen otro mundo

Por Roberto PELÁEZ

Muchas personas no tienen la capacidad o la disposición de compartir lo que saben o transmitir sus conocimientos, por diferentes circunstancias no pueden hacer valer aquello que de manera tan meridiana dijo José Martí: ‘Todo hombre al venir a la tierra tiene derecho a que se le eduque, y luego en pago contribuir a la educación de los demás’.

La mujer que tengo delante es como una abejita, no por lo pequeña sino por lo laboriosa, su vida es un constante ir y venir  buscando la manera de ayudar a los demás, y qué mejor -dice- que enseñando a niños, jóvenes y adultos a pintar, adentrarse en otro mundo, en un universo maravilloso, más aun si el camino lo pueden recorrer padres e hijos juntos, acota, es una experiencia única.

“Hay una cantidad enorme de personas, apunta Ángeles Freire, que siente que le gusta dibujar, desea hacerlo, y no sabe que tiene talento para la pintura, por eso cuando tiene en sus manos pinceles, plumas, cartulina, quiere que su imaginación vuele... nada desea más que plasmar todo lo que tiene dentro, pero necesita instrucciones, apropiarse de aspectos técnicos, y ahí es donde ‘entro a jugar yo’, les ofrezco mis conocimientos, sin inmiscuirme en el estilo”.

Los primeros talleres de este tipo o con características parecidas estuvieron relacionados con una organización que esgrime la solidaridad con el pueblo de Venezuela como bandera, donde entre otros participantes sobresalieron Rosalba Aguirre y su hijo... incluso la maestra Freire donó uno de sus cuadros, para cumplir, asegura, una vieja promesa.

“Uno de mis talleres, explica, lo llamo ‘Pintando juntos’, es para hijos, mamá y papá, de 11:30 de la mañana a 2 de la tarde... ese tiempo unidos, cada uno en lo suyo, tratando de plasmar su universo, reporta memorias muy lindas, recuerdos; otro es lo que ya algunas personas llaman ‘Los colores del amor’, y es un taller de arte y creatividad, dirigido de manera especial a niños, jóvenes y adultos con necesidades especiales, es -siempre lo digo- un regalo con amor, y tiene cupo limitado.

“Son talleres en los que dejo que la imaginación de cada uno vuele, claro, poco a poco van puliendo las herramientas, se notan los avances, pero lo mejor es lo que significan en el aspecto espiritual, como se sienten en algo que les gusta, que quieren aprender y pueden tocar con las manos cada una de sus piezas, guardarlas como un recuerdo hermoso de algo que desearon hacer por mucho tiempo y ahorita tienen la posibilidad”, expresó la artista.

 

“Ofrezco también un taller de maquillaje, por supuesto ese tiene otras características, en los que le platiqué antes los asistentes se apoderan de herramientas y con el mayor entusiasmo del mundo comienzan a darle color a sus vidas, a adentrarse en un mundo que les era desconocido y que pueden disfrutar a plenitud”, significa.

Top