Detective Ramón Melero: “Me pongo en el lugar de las víctimas”

Por Roberto PELÁEZ

El hombre que tengo delante es de hablar pausado, como si sopesara cada una de las palabras que pronuncia. Responde al nombre de Ramón Melero, es detective y pertenece al Departamento de Policía de la ciudad de North Las Vegas.

“Llego a Las Vegas en 1989, recuerda el entrevistado, antes estuve en California, y lo hago con un sueño, mi deseo de ser policía, que comienza a materializarse al finalizar mis estudios de high school, motivado por mis tíos, oficiales de seguridad.

“Recuerdo que ellos me comentaban, prosigue, eres bilingüe, te gusta, lucha por tus sueños, se te van a abrir las puertas, y cuando vine a ver formaba parte de la Academia de Policías, allí recibo entrenamiento por un año, siempre al lado de un oficial más experimentado, que nos va transmitiendo sus conocimientos”, subraya Melero emocionado.

Platica de leyes, del tiempo dedicado a adentrarse en la tecnología, al entrenamiento para mejorar las condiciones físicas, al manejo de las armas, la defensa personal, pero un tema lo atrae sobremanera.

“Ahora mismo soy un detective del área en que luchamos contra el fraude económico, explica, por supuesto recibimos denuncias de muchos casos, y soy un persona sensible, siempre trato de ponerme en el lugar de las víctimas... debo decir por experiencia que las ‘cosas’ se ven diferente cuando uno se pone en los zapatos de la persona engañada, estafada, de ese ser humano que posiblemente trabaja ya por muchos años, quizás tiene sus ahorros, y alguien se las arregla para engañarlo.

“Queremos que la comunidad tenga confianza en nosotros, nos ayude a llevar adelante nuestro trabajo, sea receptiva a los consejos y sugerencias que hacemos a diario precisamente para evitar ser victimizados, y si se da un caso, por favor, les pedimos que sean observadores, sean capaces de fijarse en varios detalles que nos ayuden a dar con los delincuentes y resolver lo antes posible”, enfatiza.

El detective Melero no lo piensa dos veces cuando asegura: “me gusta mi profesión, lo que hago, es una labor que por supuesto tiene sus exigencias, hay que desarrollar un sexto sentido, sin perder la sensibilidad, ser muy perspicaz, tener la capacidad de fijarse en los detalles que a otros le pueden pasar inadvertidos, sin embargo en mi caso se trata de lo que siempre quise ser, un policía al servicio de la ley, defensor de la justicia, de las personas que son abusadas... cuando se resuelven los casos y las víctimas tienen palabras de agradecimiento para los oficiales involucrados, uno siente la satisfacción del deber cumplido”, remarca.

 

El entrevistado reconoce que “hay como especie de una barrera entre la comunidad y los oficiales, considero que es por desconocimiento, muchas personas no tienen información del trabajo que realizamos, temen a preguntas sobre su estatus migratorio, a veces incluso no realizan una denuncia por no ir o hablar con los policías y luego pasan cosas peores que pudimos evitar... no olviden que nosotros que velamos por la tranquilidad ciudadana”, concluye.

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