Dos horas sin juegos electrónicos... Hermoso regreso al pasado

Por Roberto PELÁEZ

Ver al padre y a su hijo de 14 años jugando badminton fue muy emocionante para mi, sentí algo hermoso dentro, una satisfacción espiritual, comentó Amanda Salazar, la artífice de Familias Unidas en Acción y de las horas dedicadas a juegos no electrónicos en horas de la tarde del pasado sábado 21.

Ver a niños y adolescentes, a adultos jugando con trompos, con el hula hula, a las canicas, con yoyos, valero, fue como volver atrás en el tiempo, más aún en estos tiempos en que somos tan dependientes del teléfono, de la computadora, de la tablet, subrayó Héctor Sánchez.

Tengo estudios de psicología, y me gusta desempeñarme como consejera familiar, de parejas, y hace un tiempo se me acercaron ese padre y su hijo, tenían entonces muchas fricciones, apenas compartían pese a vivir bajo el mismo techo, de ahí que verlos hoy jugando, poniendo todo a un lado para ser felices, es muy lindo, argumentó Salazar.

Allá por el 2006 Salazar se percató de que era un buen momento para regresar en el tiempo, volver a los juegos de infancia que marcaron a generaciones y que hoy parecen tan distantes, entonces, señaló, organicé par de horas con aquellos aparatos que habíamos dejado en el olvido: pelotas, canicas, trompos, raquetas, muñecas... fue algo pequeño, sin embargo la idea prendió, a tal punto que algunas personas me piden haga eventos de este tipo más de una vez al año.

Tengo mucho apoyo, de familiares, amigos, personas que se acercan en busca de un consejo, las invito, y lo mismo puedo decir de mis vecinos, me ayudan, participan, estacionan sus autos un poquito más distante para dejar espacio a los niños, sin embargo pongo una condición: deben venir y tomar parte padres e hijos, remarcó la entrevistada, por eso usted ve a adultos y pequeños jugando.

Las niñas de Edith González mostraron sus habilidades con el hula hula, y luego con un pedacito de esponja mojado jugaron al avión, la alegría y la risa lo inundaban todo, se sumaban varones y hembras; no ve a alguien atento al teléfono, enfatizó Salazar, son dos horas de juego, para divertirse, pasarlas juntos... mire a mi esposo compitiendo con Xenia a ver quién explota más globos.

 

Cada vez incorporamos más juegos, no dudo que el año próximo tendremos parchís, dama china, ajedrez, cartas, palitos chinos, soldaditos, patines, bicicletas, vamos poco a poco, ya la semillita germinó y crece en un ambiente familiar... a muchos les pudiera parecer algo difícil, tan dependientes del teléfono estamos, sin embargo encaramos el reto, son sólo dos o tres horas al año y nosotros apostamos por la unión familiar, sentenció.

 

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