Por Roberto PELÁEZ
Se juega el noveno episodio, la carrera del gane está en tercera, hay dos outs... una parte del público alienta al pitcher, otros aficionados quieren que el niño decida, ya tiene dos jits en tres turnos. Viene una curva hacia fuera y el pequeño conecta una línea entre primera y segunda, el corredor anota, la algarabía es enorme.
Desde niño, allá en República Dominicana, siempre soñé con decidir un partido importante, todavía hoy, en casa, me imagino que vengo a ‘la hora buena’ y doy el batazo clave, comenta a El Mundo William Taveras, un beisbolista que hace algunos años fue fichado por el equipo Reales de Kansas City, sin embargo las lesiones le estropearon su aspiración de jugar en Grandes Ligas.
Integré equipos en Dominicana, en Puerto Rico, jugué en el short stop, en segunda y tercera base, pero sin dudas no poder codearme con los mejores beisbolistas del mundo fue un golpe bajo y pasó tiempo para que pudiera recuperarme... ví como se derrumbaban mis ilusiones, asevera. Entonces vine a Las Vegas.
Sin embargo el niño grande no se da por vencido, durante varios años cada fin de semana se pone el uniforme y con el guante bajo el brazo acude a sus compromisos con Las Vegas Baseball League. Tengo la misma hambre de jugar pelota de siempre, pregunto, aprendo, escucho consejos, y trato de hacer las cosas bien cada vez que salgo al terreno, para mi cada partido es el juego más importante de la Serie Mundial, subraya.
Willy, como le dicen sus allegados, militó en varios equipos de la liga, hasta ‘aterrizar’ en el seleccionado Caribeños, me siento bien, me gusta la disciplina de ese colectivo, la camaradería tremenda, y eso es bueno, comenta, llegan jóvenes con mucho talento, cambiamos impresiones, trato de trasmitirles mis experiencias, sobre todo les señalo que sean disciplinados y amen al deporte, que aprendan todos los días, que jueguen para el equipo. Yo mismo escucho los consejos de Lázaro Almuiña y Ulises de la Cruz, sobre todo cuando atravieso un mal momento y tengo cosas que corregir, abunda. En Caribeños, dice, me siento motivado, varios jugadores llevamos años juntos, nos conocemos bien; sé lo que los pitchers van a lanzar, eso es útil, ayuda en la colocación, hacia dónde moverme en el campo en dependencia de sus envíos, además, por la calidad de ellos el equipo juega con más confianza.
Con 5 pies y 11 pulgadas, Taveras explica que hace tiempo los scouts preferían a los beisbolistas rápidos, de buen alcance a la defensa, inteligentes, con visión del juego, reflejos, sin embargo hoy el short stop también debe ser un buen bateador, contar con un potente brazo... tiene mayor incidencia ofensiva dentro de la alineación.
A la pregunta sobre las características que debe reunir un jugador de tan difícil posición, el experimentado beisbolista resalta: junto a lo que apunté antes considero que un buen short stop tiene que ser disciplinado, con muchos deseos de superación, ser un líder dentro del equipo que representa, ayudar al colectivo, a los jugadores, a la dirección, no por gusto muchos llaman al paracortos la llave del cuadro, tiene que dar en todo momento ánimo a sus compañeros.
Willy Taveras es de lo mejor de la liga: José Luis Mendoza
En Las Vegas Baseball League hay muchos jugadores buenos, de reconocida calidad, afirma José Luis Mendoza, presidente de la organización, pero sin dudas Taveras sobresale por su calidad deportiva y humana, por su entrega en el terreno y su disciplina, él es un ejemplo para todos; es de ese tipo de beisbolista del que uno aprende viéndolo jugar. Lo hemos visto en diferentes equipos y en cada uno de ellos se entrega al máximo en defensa del uniforme que defiende... es un beisbolista de la gorra a los spikes.
