El Mundo cumple más de cuatro décadas junto a la comunidad

Por Roberto PELÁEZ

Muchos pensaron que aquel semanario que veía la luz a mediados de junio de 1980 sería una publicación esporádica, de ‘vida corta’, que después de algunas salidas aisladas pasaría a mejor vida, en el mejor de los casos al olvido.

Quizás le asistía la razón, sin embargo pasaban por alto un aspecto de vital importancia: la entrega y perseverancia, la dedicación de Eddie Escobedo Sr., sus familiares y amigos.

Cómo limitar la publicación, tan necesaria para la comunidad hispana, a dos o tres apariciones, contando con un equipo de trabajo que sin mirar el reloj se empeñaba en divulgar cada aspecto de interés, muchas veces uniendo la tarde con la noche, la noche con la madrugada, y ésta con el amanecer.

Noticias, fotos, entrevistas, comentarios, reportajes, anuncios... en español, todos ellos aparecidos en el periódico, pasaron casi de inmediato a formar parte de la vida misma de las personas asentadas en el valle; la gente comenzó a esperar cada salida, a demostrarle su preferencia, y lo que es mejor, la gente lo hizo suyo.

“Una de las primeras cosas que hice al poner los pies en Las Vegas fue buscar un periódico en español, subraya Tomás Bendicho, quien de Sinaloa se movió a San Bernardino, y luego a Las Vegas, necesitaba un lugar para rentarme, después quería comprar un carro, y más tarde alguien que arreglara la puerta del garage, y El Mundo nunca me ha fallado”, afirma.

Pasaron semanas, meses, años, hasta sumar alrededor de 15 mil días, o lo que es lo mismo, 41 cumpleaños. ¿Quién lo diría?

La tecnología avanza, pronostica, adelanta el fin de las publicaciones impresas, sin embargo El Mundo vive, con menos páginas, pero con el entusiasmo  que siempre lo ha caracterizado, con el deseo de ofrecer siempre lo mejor y lo que el lector necesita, con un lenguaje asequible para todos. La lealtad no decae, por el contrario. En los momentos más difíciles, complejos, la gente sabe que aquí está su periódico.

Anima al pequeño pero no menos entusiasta equipo de trabajo, tomarle el pulso a la vida, a los acontecimientos que de una forma u otra tienen que ver con la cotidianidad, al quehacer en el valle.

Si algo distingue hoy al semanario El Mundo es que brinda en cada página un producto profesional, respetuoso, ameno, que más allá de informar llama a educarse, eleva el autoestima de la comunidad, y es que cada línea se escribe teniendo en cuenta al destinatario.

Muchos coinciden en que lo que diferencia a El Mundo es una razón sencilla: los lectores y anunciantes son lo primero, ellos son la prioridad. De eso no hay la menor duda.

A estas alturas del juego, cuando queda detrás una historia, más de cuatro décadas, vale preguntarse: cómo se puede estar 41 años en la preferencia de la gente, de personas, de un público procedente de diferentes países, con una cultura variopinta, exigente.

La respuesta está ante los ojos de todos. Es difícil y fácil. Se puede buscar en los argumentos que se esgrimen más arriba, en los párrafos anteriores. Los lectores y anunciantes son lo primero, a la par va el hecho mismo de dar a conocer, promover la cultura de diferentes estados de México, de naciones como Colombia, Chile, Cuba, Perú, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Nicaragua, Honduras, Brasil, Ecuador, Paraguay, Bolivia, Guatemala, Venezuela... todos, de una forma u otra ven reflejado en las páginas de El Mundo lo suyo, sus raíces, costumbres y tradiciones.

¿Es difícil permanecer un año, y otro año, y otro año en la preferencia de la gente? Claro que sí. No muchos medios de prensa pueden exhibir un desempeño perseverante, a prueba del tiempo, creciendo ante las dificultades, y siempre al lado de los suyos.

Es fácil porque lo que mueve al colectivo es el amor, la pasión, el profesionalismo, pensar una y otra vez en el lector... eso no se puede tapar con un dedo. 

Políticos, profesionales prominentes, diplomáticos, maestros, estudiantes, deportistas, emprendedores, artistas, bomberos, paramédicos, agentes del orden, mujeres que han hecho del trabajo, su bandera para salir adelante, víctimas de violencia, veteranos... se han visto reflejados en la publicación.

La vida del valle, de la comunidad, de la ciudad de Las Vegas, no puede prescindir de El Mundo.

 

Felicidades a lectores y anunciantes, a los dueños del semanario, a quienes hacen posible cada semana que siga en la preferencia. Gracias.

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