El valor de cada minuto junto a los hijos aumenta: Margarita de la Fuente

Por Roberto PELÁEZ

Recién inició el año escolar y siempre resulta conveniente volver sobre temas que tienen que ver con la formación de nuestros niños, comentó para los lectores de El Mundo la experimentada sicóloga Margarita de la Fuente, quien aseveró: qué mejor regalo se puede hacer un padre que enseñar a su hijo (a) a ser agradecido, o sencillamente empeñarse en que éste vea la vida desde un ángulo positivo, sostuvo la especialista.

Ser agradecido es una cualidad que todos admiramos en el carácter de los demás, ¿verdad? No hay razones, ni excusas para no ser agradecidos. Tampoco hay edades, nunca eres demasiado pequeño ni con mucha edad como para no intentar ser positivo y valorar todo lo maravilloso que tienes, afirmó la entrevistada.

Es muy conveniente que desde edades tempranas el niño tenga conciencia, advirtió, conozca el entorno en que vivimos y desarrollamos nuestras actividades diarias, le trasmitamos experiencias positivas, manifestó De la Fuente, no podemos olvidar que esas experiencias marcarán al pequeño, contribuirán a moldear su carácter, y no las olvidará; es relevante, por ejemplo, que nos sentemos a la mesa en familia y demos gracias por los alimentos, por todo lo que tenemos, indicó.

Resulta un ejercicio provechoso, resaltó, que el padre se pregunte: recuerdo cuando de pequeño me llevaban a la escuela... los juegos de infancia con los amiguitos, con los vecinitos, los compañeritos de la escuela..., la celebración de los cumpleaños... los días de reyes... el día del niño. Si la respuesta es positiva, o sea, si el adulto recuerda todo aquello que vivió, entonces debe reconocer que mañana su hijo también lo recordará. Todo lo anterior son motivos para agradecer.  Nuestros recuerdos más bellos de la infancia, explicó, son aquellos eventos especiales que vivimos con nuestros amigos y familiares cuando éramos niños, se nos quedan grabados como la escena de una película, de eso se trata y no podemos perderlo de vista.

No hay tiempo que perder en lo concerniente a la educación de los hijos, mientras toca a los maestros enseñar a los pequeños matemática, inglés, ciencias, a compartir, socializar en el salón de clases, sin embargo los padres deben enfrentar otras tareas, ser un patrón, el ejemplo; por eso decimos precisamos lo conveniente que resulta desde edades tempranas fomentar, motivar al niño para que adquiera conciencia, conozca el entorno en que vivimos y desarrollamos nuestras actividades diarias, le trasmitamos experiencias positivas, reiteró la sicóloga. 

Claro, de ahora en adelante, los menores se pasan horas fuera de casa, en la escuela, por eso decía lo de aprovechar el tiempo en casa, en familia, organizar actividades, irse a los parques... son eventos de un extraordinario valor, apuntó. Invito a los padres de familia a que disfruten cada etapa de crecimiento de sus hijos, es algo que solo se vive una vez, después crecen y esos años de oro de la niñez no se repiten nunca. Cuando usted tenga que educarlos, aconsejó la entrevistada, hágalo en privado, y cuando tenga que premiarlos pues hágalo en público. La autoestima de una persona se forma desde muy temprana edad y un solo comentario de un padre o una madre hacia sus hijos puede construir o destruir el auto-concepto del menor, su autoestima.

No hay la menor duda de que los padres de familia son la fuente que más nutre la mente de su hijo o hijos, de ahí lo relevante de enseñarlos a ser agradecido, a conocer, convivir en sociedad, centrándonos y enseñándoles a centrarse en aquello de lo que estamos agradecidos, incluso cuando las cosas no van bien del todo, ejemplificó.

 

Los padres debemos prestar atención a las cosas buenas que nos ocurren, subrayó, muchas veces vivimos la vida sin prestar atención a las pequeñas buenas cosas que nos suceden a diario porque las cosas más “espectaculares” son más evidentes y llaman más la atención. Sin embargo, al reconsiderar un poco, reflexionar, vemos la cantidad de cosas positivas que hay en nuestras vida, concluyó.

 

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