Habló Priscila Rocha sobre la demanda en su contra del CCSD

Por Rodrigo YÁÑEZ

Nunca en la historia del CCSD (Distrito Escolar del Condado de Clark) había hecho algo en contra de alguien como lo hicieron en contra mía y de otros de mis colaboradores, el ataque vino de Erin Cranor,  presidenta de la mesa directiva del CCSD y de Claudia Zapata, una de las personas que trabajaban conmigo, dijo en entrevista concedida a El Mundo, Priscila Rocha, dirigente estatal de LULAC (Liga de Ciudadanos Latino Americanos Unidos). 

El año pasado tuve una conversación con Cranor para solicitarle una reunión con 60 padres latinos, que querían saber sobre la propuesta del nuevo superintendente del CCSD, pero Cranor se negó a hacerla, argumentando que no se juntaría esa cantidad de latinos; entonces le hice ver que el siguiente año abrían elecciones donde ella se postularía para reelegirse y que de eso nos acordaríamos. 

Esta bien que me ataquen, pero que lo hagan sobre mi persona y no sobre los programas que ayudaban a la comunidad latina, no debieron haber cerrado el programa de enseñanza del inglés, el del INEA (Instituto Nacional de Educación para Adultos), el instituto de padres, el de pandillas y el del ballet folclórico, señaló Rocha. 

Quiero que abran nuevamente esos programas que aprovechaba la comunidad latina y para eso LULAC a nivel nacional nos va  apoyar, expuso Rocha.

Me acusaron de que yo vendía computadoras para pagar a los “coyotes” para que cruzaran a los “espalda mojadas” que habían deportado, según me expresó un detective de la policía metropolitana que le informó Zapata, expresó Rocha y que además yo hacía mal uso de los fondos federales, los cuales yo no recibía para esos programas.

De acuerdo a los presupuestos que yo presentaba al estado se obtenían recursos para los programas. El de inglés no tenía fondos provenientes del CCSD, era dinero del departamento de adultos del estado.

Con fondos de una organización no lucrativa que yo fundé en 1993 y con dinero de mi bolsillo compré libros para iniciar el programa de inglés para adultos, destacó Rocha. Con dinero de donaciones mandé a estudiantes de escuelas preparatorias a Washington D.C. para que conocieran y platicaran con los legisladores y también para comprar ropa en navidad a los jóvenes desamparados, reveló Rocha, pero eso no lo dicen.

El autobús que teníamos para clases de computación en forma móvil se adquirió con fondos otorgados por el senador Harry Reid, agregó Rocha. 

Regalé 14 IPads a los niños y por eso me quieren crucificar, cuando el CCSD compró 400 y no saben dónde están. Pedro Martínez agarró un millón de dólares del programa del Segundo Lenguaje para pagar a asistentes de directores de escuelas preparatorias, dinero que era para programas de los niños. También compraron rifles para la policía escolar del CCSD y nadie sabe dónde están, expuso Rocha. 

Llevé computadoras usadas a Ensenada, México, como parte de un intercambio, un proyecto donde se pagaría a una maestra de esa ciudad para que enseñara español a los niños de aquí y enviaríamos una maestra allá para que enseñara inglés.

A través de LULAC compré computadoras nuevas y con ellas repuse las que envíe allá, yo no robé nada, no tengo por qué hacerlo, la policía no me deja explicar, no me dieron oportunidad de defenderme o de presentar evidencias.

Quiero que la comunidad ayude mandando cartas al CCSD, vayan a las juntas y pidan que  abran los programas que cerraron, que los restablezcan como estaban, indicó Rocha, al cerrar el programa de inglés ahora nuestra gente tiene la necesidad de ir al Colegio del Sur de Nevada, pero cobran mucho dinero.

Cuando falleció mi esposo en el 2011, yo pensaba retirarme, señaló Rocha, en diciembre del año pasado mi doctor me recomendó que lo hiciera porque el estrés me estaba afectando, inclusive me mandó una carta para pedirme eso. Una vez que se presentó este problema, decidí hacerlo.

Voy a dejar un legado, se los garantizo, advirtió Rocha, hace tiempo el senador Reid dijo que cuando escribieran nuevamente la historia de Nevada, tendrían que dedicarme tres capítulos por todo mi trabajo en la comunidad, ahora tendrán que hacer un libro de historia. Pido a Dios que todo esto termine para seguir con mi vida y ayudar a  mi gente como siempre lo he hecho, finalizó Rocha.

 

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