Por Roberto PELÁEZ y Karina MúNÍZ
Por estos días la generosidad se apodera del valle, iglesias, escuelas, múltiples organizaciones, incluida la Policía y los bomberos, entregan obsequios que van desde juguetes hasta ropa, zapatos, comida, artículos escolares y de higiene...
Y es que desde finales de noviembre con el bien llamado “Día de acción de Gracias”, todo adquiere un tono más fraternal, que va más allá del ambiente festivo, porque la generosidad es un valor que dice mucho de quien o quienes la practican.
Oficiales de la Policía se van de compra con pequeñines enfermos en un gesto hermoso y sensible; las iglesias convocan a sus fieles -y más allá- para que pasen a buscar algo que los ayude a paliar la carestía de la vida.
Da gusto ver a los policías, a los bomberos, a representantes de diferentes grupos comunitarios, acopiando juguetes, ropa, para hacerlas llegar a los más necesitados.
Ver a hombres y mujeres cargando bolsas repletas de comida hasta sus vehículos, adquiere por estos días de Navidad y fin de año un valor distinto, aunque se ayude a resolver el mismo problema.
La otra cara de la moneda es saber que hay jóvenes estudiantes de preparatoria que carecen de un techo donde guarecerse, dormir, y reconforta saber que muchos de ellos no cejan en su empeño de graduarse, de abrirse paso en busca de una vida, de un futuro mejor para ellos y sus familias. Ellos sin dudas son de los más necesitados. Hasta ese grupo llega la mano generosa de Proyecto 150.
Y cuando se habla de generosidad no nos referimos a dar lo que sobra, en la mayoría de los casos se trata de compartir lo que se tiene, o hacer valer aquello de “donde comen tres comen cuatro”...
Como olvidar la carita del niño de sólo 7 años aquejado de cáncer que se agarra con todas sus fuerzas de la mano de un agente de la Policía, como si con esa manita de hombre fuerte quisiera asirse al mundo y agradecer a todos.
La generosidad debía ir más allá del Día de Acción de Gracias, Navidad o Fin de año, como un ave hermosa extender sus alas, emprender el vuelo y anidar en el corazón de todos.
