Las múltiples emociones de Bibi Castagneto

Por Roberto PELÁEZ

“La localidad ecuatoriana de Arenillas vive dentro de Bibi Castagneto, y viceversa...  hace casi tres décadas esta inquieta cantante reside en los Estados Unidos (los últimos 20 en años en Las Vegas), sin embargo habla del lugar donde nació y la emoción de apodera de su voz, de sus ojos, “se me hace como un nudo en la garganta”, dice.

“Hace pocos días regresé de Arenillas, comenta para los lectores de El Mundo, estuve un mes por allá, y debo decirlo, el tiempo no me alcanzó para ver a la familia, los amigos, los paisajes, compartir con tantas personas buenas, cantar, llevar regalos del Club Ecuatoriano de Las Vegas para los niños”, resalta.

Integrante de la agrupación musical Internacional Sonora Mar y Mar, también forma parte de la directiva del mencionado Club, que lidera Nora Uribe.

“Todos mis recuerdos están ligados a Arenillas y a la ciudad de Guayaquil, destaca, todavía algunas personas guardan fotos de aquella niña delgada, con el pelo largo, a veces con trenzas, que baila y canta en la escuela.

“Creo, abunda, que lo de la música y el baile lo traigo en la sangre por mi papá, él canta, lo recuerdo muy bien, nunca voy a una escuela de música, pero lo escuchaba mucho a él, y claro, algo se aprende... este que acabo de dar resulta un viaje muy emocionante, de seguro nunca lo voy a olvidar.

“Primero que todo, recuerda Catagneto, solicito a la directiva del Club que los recursos escolares este año los entregaramos a los niños de Arenillas, algo que nunca se había hecho; también voy con la ilusión de ver a mis padres, pero sucedieron tantas cosas, proyectos de última hora, presentacionbes en público, a las que no puedo negarme... un artista, más si está donde nació, se debe a la gente”.

La entrevistada, que viaja a su tierra natal con muchos planes, desconoce que un amigo de la infancia es el actual alcalde de Arenillas, y al enterarse de su viaje propone que ella cante en el Coliseo de la localidad.

“Después de ver a mis padres, a mi hermano que reside allí y tiene mucha experiencia en eso de donar cuadernos, libros, lápices, juguetes a los niños, subraya, pues me piden que cante en un evento de homenaje a personas de la tercera edad, en la estación de bomberos... es algo emocionante, algunos me recordaban, otros no, pero todo fue muy lindo.

“Luego la propuesta del alcalde, mi amigo Edwin Rengel, para que cante en el Coliseo en ocasión del Día Internacional de la Infancia, otra vez las emociones, y en primera fila mis padres... hacía muchos años no los veía juntos, interpreto dos canciones compuestas por mi papá, fue tremendo.

“Visito la escuela, recuerda, platico con la maestra, organizamos el encuentro para entregar las mochilas compradas con la donación del Club Ecuatoriano de Las Vegas, pero no queríamos un acto, dar las mochilas y ya, fue muy lindo, canté, estuve con los pequeños, regalamos 60 mochilas, y finalmente el encuentro con Diego Benítez, de la ‘Fundación Vista para todos’, también conmovedor, un trabajo muy noble”.

Aun no se recupera de tantas emociones juntas en tan poco tiempo, sin embargo Bibi ya se suma a las actividades del Club, con el que planea ir a Los Ángeles, ensaya con la la Sonora Mar y Mar, sin dejar de pensar en Arenillas, en Ecuador, en su gente, y en el viaje que tiene planificado para noviembre... primero Dios, dice.

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