Las víctimas del tiroteo en Las Vegas y su lucha por una Visa U

Por Alexander ZAPATA

Poco a poco llenan la sala. Conversan en grupos separados, la mayoría habla de lo mismo. Tratan de superar las adversidades y continuar con sus vidas, sin embargo, el primero de octubre de 2017 representa y representará para ellos un antes y un después. 

El grupo lo forman 70 personas, para el momento de la discusión hay unas 40 en la sala. La mayoría son hispanos y tienen algo en común más allá del origen étnico: fueron víctimas de un mismo hombre, que desde el hotel y casino Mandalay Bay, abrió fuego el 1 de octubre y entró en los libros negros de la violencia con armas en los EU, y convertirse, en el autor de la masacre más grande de la historia del país. 

“Estaba atrapada, iba a trabajar ese día, casi llega, pues debía encargarme de las labores posteriores al concierto. Escuché detonaciones, era muy confuso. Me vi atrapada, no podía mover mi auto y veía gente correr a mi alrededor”.

Así revive Silvina País la balacera que dejó 58 muertos y más de 530 heridos. Ella formaba parte del grupo que trabajó esa noche en el concierto “Ruta 91 Harvest”, que presentaba a distintas agrupaciones de música country. Quedó atrapada al cruzar las calles aledañas al Mandalay Bay, lugar desde el que Stephen Paddock abrió fuego. “Los disparos no paraban, me dije, no veré a mis hijos, los tiros seguían y solo pensaba en mis tres hijos. Sentí la desesperación de creer que no estaría junto a ellos nunca más”. Gracias a la acción de la policía y el movimiento de los carros Silvina pudo escapar de la balacera. “En ese momento llamé a mi familia y le dije a mi esposo: algo está pasando, es muy malo y muy grande”.

Juan José Martínez, un chileno y artista circense tiene casi una década en Estados Unidos. Formó parte por años del circo Ringling Brothers. Con el cierre de la compañía en 2017, Juan José se mudó a Las Vegas para “tener una nueva vida y una nueva oportunidad”.

En Las Vegas ha realizado muchas labores de espectáculo, todas aprendidas durante años en el circo. La noche del primero de octubre, estaba en el festival Ruta 51 apoyando al área de sonido e iluminación.

“Cuando comenzaron las detonaciones pensábamos que eran fuegos artificiales. Estaba del lado derecho del escenario. Y pensé ¿Por qué fuegos artificiales si nunca hablamos de esto? Entonces caí en cuenta que los gritos no eran de emoción sino de desesperación por la lluvia de balas”.

Explica que comenzó a escuchar los impactos en el escenario.  “Mi primera reacción fue ir al piso. Miré alrededor y vi mucha gente que no se podía levantar. Entre la primera y segunda ráfaga comenzamos a ayudar. Sólo pensaba: tengo que ayudar y salir vivos. No sabía si disparaban dentro del show o de dónde. Al descubrir que los disparos venían del Mandalay Bay encontramos una ruta de escape”.

Martínez relata:  “La policía entró y nos dijo salgan del complejo. Llegué a mi camioneta y llevé a muchas personas lejos del lugar. No pude volver más. Estoy vivo de milagro”.

Estas historias forman parte de las 70 que cada martes se pueden escuchar en la sede de Make The Road Nevada en Las Vegas. Meses después del tiroteo, las víctimas de la masacre que pudieron sobrevivir al hecho, piden a las autoridades solicitar la Visa U.

Un largo proceso

Según el portal web de USCIS, las Visas U están reservadas para “las víctimas de ciertos crímenes, que han sufrido abuso físico o mental y brindan ayuda a las agencias de orden público y oficiales gubernamentales en la investigación o prosecución de actividades criminales”.

Su creación data del año 2000, cuando el Congreso de los Estados Unidos puso en funcionamiento el mecanismo como medida para “fortalecer la capacidad de las agencias del orden público para investigar y procesar judicialmente los casos de violencia doméstica, abuso sexual, tráfico de extranjeros y otros crímenes”. 

Para poder contar con esta protección, el solicitante debe haber sido víctima de un crimen violento, haber sufrido abuso físico o psicológico, y haber contribuído en la investigación del hecho, entre otras. Además, entre las actividades criminales elegibles la “agresión con armas” es una de las enumeradas por el departamento de inmigración. 

Para poder cumplir con la solicitud también es necesario que su petición incluya la firma de un oficial de la autoridad pública que certifique los hechos y que además secunde que la víctima contribuye con la investigación. 

Por esa razón Aden Ocampo, vocero de LVMPD, dio detalles de cómo se debe cumplir el proceso. “El programa de Visas U es federal, y se rige por las restricciones que el Gobierno Federal impone. Para recibir este beneficio las víctimas deben cumplir con los requisitos establecidos”.

Ocampo explicó además que el procedimiento es personalizado y no sólo por el hecho de haber estado presente o en los alrededores te califica automáticamente. “La persona debe reportar el crimen a las autoridades, luego hacer esa petición de Visa U, luego se evalúa el caso de manera detallada y específica y posteriormente se le notifica a la víctima si puede recibir el beneficio o no, siempre siguiendo los lineamientos establecidos por el departamento de inmigración”. 

Ocampo aclara que cada solicitud se evalúa en detalle, y que no aplica a grupos de personas o simplemente a quienes hayan podido estar en los alrededores. Explicó que la policía evalúa con detenimiento cada caso para llegar a una resolución.

 

José Macías de Make The Road Nevada, explicó que “hasta el momento las personas que se reúnen no han recibido información por parte de la Policía Metropolitana o del Sheriff Joe Lombardo”. 

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