Los estadounidenses esperan más que nunca para comprar casas

Cortos de efectivo y sin estabilidad en sus carreras, los jóvenes estadounidenses esperan más que nunca para comprar su primera casa.

El comprador primerizo habitual alquila una casa durante seis años antes de comprar, frente a los 2,6 años de principios de la década de 1970, según un nuevo análisis de la firma de bienes raíces Zillow. La edad mediana es de 33, la gama superior de la llamada generación ‘millenial’ o “del milenio”, que abarca aproximadamente de los 18 a los 34 años. Hace una generación, la edad mediana de los compradores primerizos era de unos 30 años.

Ese retraso refleja una tendencia clave en los desafíos financieros que afronta esta generación: los que viven de alquiler tienen problemas para ahorrar el dinero de la entrada para una casa en propiedad. Además, cada vez enfrentan demoras en otros hitos de la vida adulta, como el matrimonio y los hijos o una carrera estable, según informes de la industria y el gobierno.

Estos cambios ayudan a explicar por qué el poseer una casa, que durante mucho tiempo fue una fuente de identidad y una oportunidad económica para la clase media, ha empezado a reducirse. La proporción de habitantes de Estados Unidos que poseen casas ha caído al 63,4%, el mínimo de 48 años, según la Oficina del Censo.

Y cuando los jóvenes adultos dan el paso, su precio de compra es ahora considerablemente mayor en comparación a sus ingresos de lo que era hace unas décadas. Los compradores primerizos pagan un precio mediano de 140.238 dólares, casi 2,6 veces sus ingresos. A principios de la década de 1970, esa primera casa suponía sólo 1,7 veces sus ingresos.

La generación del milenio “sigue muy interesada en comprar una casa, pero aplaza esa decisión”, dijo Svenja Gudell, economista jefe en Zillow. “Una vez empiezan a tener hijos, empiezan a buscar casas. Pero también encuentran que -dado lo mucho suben los precios de las rentas- a muchos les cuesta ahorrar para pagar la entrada y tener acceso a una hipoteca”.

Estos jóvenes se ven cada vez más a menudo en una situación como la de Lou Flores, de 30 años, director de cuentas en San Diego. Comparte un apartamento de una habitación con su novio por el que pagan mil 400 dólares al mes, para vivir a distancia de una caminata desde el parque Balboa y el zoo.

Los padres de Flores formaron su hogar pronto y fueron mejorando sus casas, transmitiéndole la idea de que “alquilar era un desperdicio de dinero”. Pero la mediana del coste de una casa en San Diego es más de medio millón de dólares, según la asociación local de Realtors.

“Aquí en California, si uno no está casado o con alguien, es imposible comprar una casa sin respaldo financiero de los padres”, dijo Flores.

Pocos compradores primerizos pueden acudir a sus padres en Estados Unidos. Entre los compradores menores de 34 años el año pasado, el 14% recibió ayuda de familia o amigos para la entrada de la casa, según un sondeo de la Reserva Federal.

La mayoría sigue dependiendo de sus ahorros personales al menos para parte del pago inicial. Pero el alza en los alquileres ha complicado la tarea de reservar dinero para ello. Alimentados por un aumento de los rentistas en todas las franjas de edad, los precios de los alquileres han subido en todo el país aproximadamente el doble de rápido que el salario medio por hora, que subió apenas un 2,1% el año pasado.

La estabilidad laboral se ha convertido en una consideración clave para los compradores primerizos. The Money Source, un prestamista y gestor de hipotecas, analizó solicitudes de 5.404 compradores jóvenes. Los compradores tenían una media de 4,5 años de experiencia en su sector y llevaban poco más de tres años en su empleo actual. Washington (AP)

 

 

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