Río de Janeiro, 4 Dic (Notimex).- Decenas de miles de brasileños salieron hoy a las calles en por lo menos 200 ciudades para protestar contra la corrupción política, en un marco de crisis económica y política continuas que no mejoran pese al cambio de gobierno.
La manifestación más numerosa se realizó en Sao Paulo, donde según los manifestantes se congregaron 200 mil personas, aunque la policía reportó sólo 15 mil asistentes.
Como durante el final del mandato de la destituida presidenta Dilma Rousseff, los manifestantes tomaron la Avenida Paulista, en el centro financiero y comercial de la ciudad, con camisetas con los colores verde y amarillo de Brasil, y con carteles contra la corrupción.
Una gran bandera de Brasil fue desplegada con la leyenda “Congreso corrupto”, en referencia a la tentativa esta semana del legislativo brasileño de aprobar durante la noche una serie de presuntas medidas contra la corrupción, pero que en realidad amenazan con criminalizar la acción de jueces y fiscales que la combaten.
En Río de Janeiro, miles de personas se congregaron en la Avenida Atlántica, en el turístico barrio de Copacabana, para pedir la dimisión, entre otros, de Renán Calheiros, presidente del Senado.
El líder de la cámara alta esta semana trató de aprobar de forma urgente un paquete legislativo que habría abierto la puerta a que políticos imputados o condenados quedaran impunes.
El juez Sergio Moro, que dirige la Operación Lava Jato, fue de nuevo el ‘héroe' de la jornada, por su labor en perseguir a políticos vinculados en la mayor trama de desvío de dinero revelada en la historia de Brasil.
El presidente Michel Temer, que llegó al poder en mayo tras un juicio político contra Rousseff y prometió no frenar la Operación Lava Jato, difundió una escueta nota por medio de su secretaría, en la que se limitó a saludar “la fuerza y la vitalidad de nuestra democracia”.
“Es necesario que los poderes de la República estén siempre atentos a las reivindicaciones de la población brasileña”, dijo la Secretaría de Comunicación de la presidencia brasileña.
Las manifestaciones de este domingo, las primeras multitudinarias de la ‘era Temer', se producen en un momento clave para la Operación Lava Jato.
En los días anteriores, la constructora Odebrecht, la mayor de Brasil y que está en el centro de los desvíos de dinero desde la estatal Petrobras, firmó un acuerdo con la fiscalía para revelar toda la información que tiene sobre la trama.
Ello supone que decenas de políticos de primer nivel podrían ser denunciados en las próximas semanas por sus vínculos con la corrupción, entre ellos algunos muy cercanos a Temer, que en seis meses ya perdió a seis ministros por diversos escándalos.
El gobierno de Temer, que llegó al poder prometiendo devolver al país “a los raíles”, comienza a ser percibido con debilidad, y se empieza a evocar la posibilidad de que el presidente –que llegó sin el aval de las urnas- pueda no terminar el mandato.
