Editorial 02-22-14: La mejor región del mundo

Los líderes de los tres países que forman América del norte, Canadá, Estados Unidos y México, caban de reunirse y entre otras cosas acordaron trabajar para hacer de esta región la más competitiva del mundo. Suena muy bien y debería hacerse porque sí tienen con qué, buena gente y recursos naturales.

Hace unos 20 años los gobiernos de las tres naciones negociaron lo que se llamó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, mejor conocido como el TLC. En ese entonces hubo debate, temores y sin duda cada gobierno tuvo que ceder. Se logró y en muchos aspectos se hizo lo que ya se venía haciendo en todo el planeta, la formación de bloques comerciales o de influencia que, de una u otra manera, se mueven mejor en el comercio mundial. Pero no solo en el comercio si no también en la lucha política y a veces hasta en los conflictos.

El TLC quizá no fue lo mejor para México porque es una economía menor y en desarrollo (¿cuántos años lleva en desarrollo?) comparada con los gigantes Canadá y Estados Unidos. Hay asimetrías, hay inconvenientes y probablemente la expulsión de trabajadores mexicanos sea la peor señal de que el TLC no funcionó del todo para México. 

Con todo e inconvenientes y críticas, para México quizá ha sido mejor el TLC que permanecer solo o con las inconveniencias de no pertenecer a un bloque de peso mundial.

Suramérica lo ha hecho con su “Mercosur” y otros acuerdos. Europa quizá sea la mejor de todas las uniones que se han dado en el camino de las integraciones. La Unión Europea ha dado ejemplo al mundo de cómo se puede coexistir en lugar de seguir la historia de guerras que la marcaron en los siglos pasados, y avanzar a pesar de tener pueblos con economías dispares (Alemania como la más próspera y Grecia como la más débil).

La VII Cumbre de Líderes de Norteamérica, llevada a cabo en Toluca, México el pasado 19 de este febrero, reunió al anfitrión Enrique Peña Nieto, a Barack Obama de EU y al primer ministro de Canadá. Los tres acordaron y declararon que sus gobiernos trabajan e intensificarán los esfuerzos para hacer de la región la mejor del mundo.

La declaración suena muy buena y esperanzadora. Porque además en los discursos mencionaron que en esos esfuezos deben incluirse las empresas, el sector académico y la gente en general. El presidente Obama reconoció que los gobiernos, por sí solos, no pueden resolverlo todo sino que necesitan de los empresarios, las sociedades y el intenso intercambio que mantienen los tres pueblos.

Por su parte el presidente Peña Nieto expresó “el intercambio (de las tres naciones) parte de la confianza y de la buena relación para expandir oportunidades y promover paz, así como seguridad y desarrollo mediante acciones multilaterales”.

Todo eso se lee muy bien. Sobre todo cuando los tres líderes en distintos modos señalaron que esa competitividad debe traducirse en bienestar para la gente, con empleo y seguridad. Eso es lo que verdaderamente hace muy atractivo leer las declaraciones de la VII Cumbre de Norteamérica. Ojalá y lo logren, para no temer más recesiones ni crisis.

 

 

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