Parkland: las balas que detonaron la cruzada en contra de las armas

Por Alexander ZAPATA 

Se dice que en Estados Unidos hay más armas que personas. Un reporte publicado en El Paísrefiere que la nación acumula 40% de los rifles y pistolas del mundo en manos privadas. Esta realidad está amparada en la Segunda Enmienda de la Constitución, por lo que el derecho a portar armamento prácticamente es un tema tabú. No obstante, tiroteos como el ocurrido en Las Vegas el primero de octubre de 2017 o en San Antonio, Texas en noviembre del mismo año, colocaron el tema sobre la mesa sin el resultado de una discusión permanente relacionada con el control de armas.

El 14 de febrero de este año, ese “dejar pasar” el tema cambió y el vaso finalmente pareciera haberse rebosado. Solo seis minutos y 20 segundos le bastaron al joven de 19 años, Nikolas Cruz, para ocasionar con su rifle semiautomático la muerte de 14 adolescentes y tres adultos en una escuela secundaria de Parkland, Florida. El trágico suceso sirvió para impulsar uno movimientos juveniles de mayor fuerza de la historia reciente estadounidense.

Entre el dolor, la consternación y la rabia, los estudiantes de Parkland se movilizaron con rapidez para repudiar lo ocurrido con sus compañeros, siendo las redes sociales su potente arma de ataque. Por este medio, diversas personalidades del ámbito social, político y artístico acompañaron y manifestaron su apoyo a una lucha que busca imponer mayores restricciones para que lo ocurrido en la secundaria Marjory Stoneman Douglas (MSD) no se repita.

Mientras algunas víctimas se recuperaban en los hospitales y familiares comenzaban el velatorio de los estudiantes caídos, jóvenes sobrevivientes comenzaban a organizarse para repudiar lo ocurrido. La acción repercutió en diferentes direcciones y paralela a la lucha de los padres de la escuela a nivel estatal por leyes de control de armas más estrictas, en otros estados el movimiento comenzaba su ebullición.

La exigencia de los muchachos, por supuesto, los de Las Vegas no están ajenos ni indiferentes, es muy simple: mayor control para la obtención de las armas, el clamor los ha acompaña en diferentes discursos difundido a través de los medios de información, por los cuales igualmente critican cómo para un joven de 19 años es más difícil comprar licor que adquirir un arma. 

Y pareciera que esta postura ha repercutido de tal manera en la población, que de acuerdo a una encuesta en El País, se pudo conocer que a principios de marzo el 88% de los estadounidenses apoyaba mayores controles de los antecedentes de los compradores de armas; 81% respalda subir a 21 años la edad mínima de compra, y 68% quiere acabar con los rifles militares.

En el primer mes tras la matanza, los jóvenes sobrevivientes organizaron una inusual protesta colectiva: en numerosas escuelas las aulas se vaciaron durante 17 minutos, uno por cada víctima de Parkland. Desde allí las protestas, pronunciamientos y han liderado incluso hasta una gira en la que lograron hablar con el propio presidente Donald Trump.

Hasta la fecha han logrado algunas victorias, como que el Congreso de Florida, uno de los Estados más afines a la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en sus siglas en inglés), aprobara elevar de 18 a 21 años la edad para comprar rifles. Sin embargo, paradójicamente la nueva ley también permite armar a profesores en los colegios, acción que ha sido criticada pues es enfrentar el problema con la raíz que lo produjo.

El Gobierno central, que desde su llegada al poder ha manifestado su alianza con las principales industrias armamentistas de EEUU, ha dado pasos tímidos para no confrontar estas exigencias. Una de las decisiones tomada fue la de vetar el artefacto que aumenta la potencia de las armas y las convierte en automáticas, como el que empleó que el hombre de Las Vegas para disparar en contra de una multitud, en la que 58 personas perdieron su vida.

El sábado 24 de marzo las voces se hicieron más fuertes en la denominada Marcha por Nuestras Vidas. Millones de dólares fueron donados por organizaciones y personalidades del espectáculo para lograr los suministros, equipos y coordinación de una gran protesta nacional que plenaron las calles Washington, Atlanta, Chicago, Columbus, Milwakee y Nueva Orleans. Además de estas marchas también ocurrieron concentraciones en Londres, Madrid, Roma y Tokio.

“Esto no es solo en Parkland”, dijo en Boston Leslie Chiu, graduada de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas. “Es en cada comunidad, especialmente en esas de color... esto no es un momento. Esto es un movimiento”.

FUTUROS VOTOS

Muchos de los estudiantes que ahora participan en estas concentraciones no votarán en las venideras elecciones parlamentarias que se efectuarán en noviembre. No obstante, su influencia y su fuerza evidentemente ha llegado hasta esos sectores que sí tienen la opción de elegir, por lo que su mensaje ha sido rotundo hacia ellos: expulsar a los políticos que no apoyen la reforma de la ley de armas.

En multitudinaria protesta los jóvenes enfatizaron que sus voces debían traducirse en votos, incluso Sari Kaufman, estudiante de la MDS, expresó que su lucha no acaba con la manifestación, “esto no termina hasta que llenes tu papeleta para votar en las elecciones para el senado y en las presidenciales”, advirtió.

 

Jorge Zapata, también estudiante de MSD, marchó con una silueta del presidente Donald Trump en la que abajo se leía “Estás despedido en 2020”. El joven criticó la postura del mandatario que a su juicio “no ha hecho nada” por evitar sucesos como el de Florida. 

 

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