Senado vota a favor de agenda comercial de Obama

La añorada agenda comercial del presidente Barack Obama dio un importante paso el martes 23 para convertirse en ley, y los opositores a ella concedieron de mala gana que ahora deben combatir en terrenos menos favorables.

Una votación clave en el Senado iluminó de manera considerable las esperanzas de Obama para un acuerdo comercial de 12 naciones de la cuenca del Pacífico, piedra angular en su esfuerzo para ampliar la influencia estadounidense en Asia. El pacto comercial sería uno de los puntos positivos en una política exterior que se ha visto consumida por el manejo de crisis, y le daría a Obama un inusual logro legislativo en un Congreso controlado por los republicanos.

El Senado votó 60-37 a favor de avanzar con su propuesta de autorización para negociar en la modalidad de “rápida implementación”. Ese era el mínimo de votos necesarios en torno a la cuestión de procedimiento. Pero la aprobación final necesita únicamente de mayoría simple, lo que le permitiría a Obama convertirla en ley.

El presidente también quiere continuar con un programa de entrenamiento para los trabajadores afectados por el comercio internacional. El respaldo de la Cámara de Representantes y el Senado parece el adecuado, pero incluso si la medida no consigue tal aprobación, la ansiada propuesta de “implementación rápida” estará en el escritorio de Obama.

“Es un día muy importante para el país”, dijo el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, republicano de Kentucky. En esta política comercial en la que, curiosamente, se están apoyando dos personas que en otras áreas son opositoras, él fue uno de los líderes republicanos en el Congreso que tuvo un papel fundamental en la aprobación de la propuesta, con apenas un modesto respaldo de los demócratas.

La gran mayoría de los miembros de ese partido, en especial en la cámara baja, se oponen a los acuerdos de libre comercio, al igual que los sindicatos, los cuales desempeñan un importante papel en las elecciones primarias del partido. Dicen que los acuerdos de libre comercio se llevan los empleos al extranjero.

Obama, grandes grupos corporativos, líderes republicanos y demás dicen que los productos estadounidenses deben alcanzar mercados más globales. Señalan que las fuerzas opuestas al comercio internacional han exagerado el daño causado por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés), firmado en 1994.

En el pasado otros presidentes han contado con autoridad “de rápida implementación”. Les permite proponer tratos comerciales que el Congreso puede rechazar o ratificar, pero no modificar.

Obama quiere completar las negociaciones para el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico (TPP, por sus siglas en inglés) entre 12 países. Entre los miembros están Japón, México y Canadá. Solicitará al Congreso que lo ratifique luego de semanas o meses de escrutinio público que le dará otra oportunidad a los opositores.

Varias de esas organizaciones aseguran que se reagruparán y disputarán las propuestas.

El grupo liberal MoveOn.org asegura que la “rápida implementación” coloca los intereses de enormes compañías transnacionales por encima de los intereses de los trabajadores, consumidores y votantes estadounidenses. Washington (AP)

 

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