Por Rafael ROMERO
La décimo cuarta edición del Carnaval Internacional de Las Vegas ya es historia. Ratificó su mayoría de edad. ¿Vaticinio? Lo mejor está por venir.
“Desde niño, allá en Bolivia, soñé con el carnaval, los trajes de colores, la música, la alegría, las evoluciones de los bailarines, esta es mi pasión, mi razón de ser”, enfatiza Freddy Chávez, el fundador de este hermoso evento cultural que cada año gana adeptos, cautiva, atrae.
Perseverar, junto a su indiscutible amor por esta fiesta, incita a reconocer a Chávez, no se puede mirar a otro lado, muchas gracias Freddy. No desmayes. El agradecimiento a quienes te tendieron la mano.
Carrozas, comparsas, reinas, Mimi Quintero, Pablo A. Castro (en su rol de Grand Mariscal), bailes, música, alegría, comida y mucho color, fueron la nota distintiva.
Exponentes de Bolivia (fuera de concurso), México, Colombia, Perú, Guatemala, El Salvador, Brasil, Cuba, República Dominicana, literalmente se lucieron, se ganaron los aplausos y la admiración del público, de los organizadores. A cada uno de ellos la felicitación y el deseo de que vuelvan en el 2025, den siempre lo mejor.
Párrafo aparte para la labor de los integrantes del jurado, como habíamos advertido, cada año el trabajo es superior, convincente, desempeñan un papel de importancia capital en la calidad del carnaval, hasta dónde pueda llegar.
Rindieron frutos las reuniones preparatorias, el insistir en este punto y aquel, perfeccionar, ganar terreno poco a poco. Del jurado depende en gran medida la ‘salud’ de esta fiesta de alcance internacional, su permanencia. GRACIAS.
Ojalá un día las autoridades, empresarios, directivos de grandes compañías y hoteles se involucren, aporten para que el carnaval sea también uno de los numerosos orgullos de Las Vegas. La cultura no tiene momento fijo, es lo primero que urge salvar.
La felicitación a todos los que de una forma u otra contribiuyeron a la fiesta. La décimo quinta edición será mejor.
