Por Rafael ROMERO
Julián Escutia, cónsul general de México en esta ciudad, junto a su equipo de trabajo, tuvo a bien sumarse a la campaña denominada ‘Día Naranja’ que cada año cobra más fuerza y va contra la violencia que afecta a mujeres y niñas.
Se trata de ‘actuar’ y pintar el día de naranja, como parte de la campaña a la que ha convocado el Secretario General de la ONU para llamar la atención sobre la violencia contra mujeres y niñas. Es sin dudas una campaña tan noble como necesaria.
Las Vegas como ciudad y Nevada en calidad de estado no pueden quedar al margen de todo cuánto se haga para llamar a la conciencia, sensibilizar a más personas contra el flagelo de la violencia, que en esta caso atañe a mujeres y niñas.
El ‘Día Naranja’ constituye un llamado a la población, pretende movilizar a todos, exteriorizar las cuestiones relacionadas con la prevención, el hecho de contribuir a poner fin a la referida violencia.
Llevar el 25 de noviembre una prenda naranja, platicar sobre el tema, sin dudas es relevante, sin embargo tanto el cónsul Escutia como sus compañeros de labor aprovecharon para dejar sentado que en la sede diplomática el enfrentamiento y rechazo a la violencia contra mujeres y niñas es algo de todos los días del año, algo ante lo que no se puede ceder ni mirar a otro lado, hacerse el de la ‘vista gorda’.
En Las Vegas, North Las Vegas y Henderson se trabaja de manera denodada por disminuir -lo ideal sería erradicar- las llamadas y acciones violentas contra las mujeres y las niñas, pero se trata de un asunto que compete, exige el esfuerzo mancomunado de muchos y ante el que no se debe quedar indiferente por ningún motivo.
Es loable la postura adoptada por el diplomático y los funcionarios consulares, conscientes de que la violencia contra mujeres y niñas es una acción censurable, vil, indigna, despreciable, a la que es un imperativo enfrentar en todas sus manifestaciones.
Por otro lado no puede ignorarse cuánto influye la violencia en el hogar en el resultado o los dividendos escolares de los menores, todo ello debe coadyuvar a encarar ese tipo de violencia, cerrar filas contra ese flagelo, de ahí el reconocimiento al Consulado de México, a su principal figura y subordinados. Es un ejemplo a imitar, digno de ser secundado.
