Por Roberto PELÁEZ
Irma Gutiérrez, con años cerca de personas afectadas por el Alzheimer, significa: “muchas de ellas sólo piden una mano que estreche la suya, un noble corazón que les cuide, y una mente que piense por ellas cuando no puedan hacerlo, de ahí la importante función que realiza el ‘cuidador’.
Recientemente, el pasado 21 para ser más exactos, fue una jornada dedicada en muchas partes del mundo a la lucha contra el Alzheimer, reiterando que se trata de una patología que afecta la memoria, no los sentimientos. “Eso es imprescindible tenerlo en cuenta”, añade Gutiérrez.
Especialistas sobre el tema, al referirse al Alzheimer puntualizan: “Es una enfermedad progresiva que afecta la memoria y otras importantes funciones mentales; las conexiones de las células cerebrales y las propias células sufren un proceso degenerativo y mueren, con ello se va poniendo fin a la memoria”.
La entrevistada advierte: “Es aleccionador, emotivo el mensaje ‘mi faro, mi luz, mi cuidador’, es preciso ganar en conciencia, conocer cuánto desvelo, lo que debe poner de sí el cuidador, su labor es de una importancia inestimable”, resalta.
“Insisto, dice, y es bueno no perderlo de vista, tener plena conciencia de ello, con el progreso degenerativo se pierde la memoria, sin embargo las personas afectadas mantienen ‘vivos’ sus sentimientos, tienen idea exacta de gestos y acciones de cariño, eso los ayuda; como debe estar informada la gente que rodea al enfermo, familiares, vecinos, amigos, también el ‘cuidador’ debe tener conciencia exacta de la función que lleva a cabo, su significado, su incidencia en la calidad de vida del paciente”.
El escritor colombiano-mexicano Gabriel García Márquez expresó: ““La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”.
Gutiérrez reitera “los expertos señalan que no hay cura para el alzheimer, sin embargo los medicamentos de alguna manera ayudan a retrasar los síntomas, y el trato afectuoso, la atención correcta, más aún cuando vas perdiendo independencia y facultades mentales, inciden en las respuestas positivas del enfermo”.
Un vistazo a las estadísticas permite señalar que a alrededor de tres millones de personas se les diagnostica la enfermedad cada año en Estados Unidos. Entre sus síntomas principales están la pérdida de la memoria y la confusión.
Los sentimientos desarrollados durante la vida, permiten a los pacientes -aunque no reconozcan- sentir confianza y tranquilidad junto a los cuidadores. ¡Es relevante el amor y el buen trato! Ser flexibles, comprensivos.
La entrevistada comenta que el amor, la paciencia y la tolerancia son aspectos de importancia capital, y de los que debe hacer gala cada ‘cuidador’, quien requiere descanso para recuperar las fuerzas.
