Extienden por año y medio el Estatus de Protección Temporal (TPS)

Por Roberto PELÁEZ

Pedro Alfaro, su esposa e hijos están alegremente tristes. De unos días estresados por la posibilidad del fin del Estatus de Protección Temporal (TPS) a fines de diciembre, la reciente noticia de la extensión les brinda una especie de alivio.

“No es lo que deseamos, dice, lo saben todos, después de más de 20 años acá, trabajar, hacer una familia, declarar nuestros impuestos, cumplir las leyes, asimilar otra cultura, nos merecemos algo más que el estrés cada 18 meses y una extensión que nos mantiene en vilo, es como vivir en el limbo”, expresa el experimentado trabajador de restaurante.

Hace apenas unos días el gobierno de los Estados Unidos consideró oportuno extender el TPS a alrededor de 260 mil personas de seis países países, muchas de ellas vinieron literalmente huyendo de una vida sin posibilidades, matizada por la violencia, la corrupción, el chantaje, las adicciones... “tengo la sensación de que vivíamos en un infierno, comenta la salvadoreña Lidia Gil, con disparos y muertos todos lo días, no quiero recordar aquello, creo que en cada familia había por lo menos un fallecido”.

Entre los migrantes favorecidos están oriundos de El Salvador, Nicaragua y Honduras. Muchos de ellos contaban los días para ver cumplir el plazo, aunque reconocen que siempre estaba latente la posibilidad de la extensión “como ha sucedido tantas veces”, acota Gil. 

El TPS es una especie de ‘sombrilla’ bajo la que se guarecen más de 260 mil personas, que llegaron también por desastres climatológicos; la protección les permite permanecer en Estados Unidos y trabajar, aunque deben renovar en tiempo dicho beneficio migratorio. La más reciente extensión es válida hasta junio del 2024, o sea, hasta esa fecha pueden vivir sin temor a ser deportados.

“Lo que deseamos, lo merecemos, es el camino a la residencia, insiste Alfaro, se imagina que no haya más extensión y tengamos que separarnos de nuestros hijos, ellos nacieron, crecieron, estudian aquí, cómo van a enfrentar que nos deporten, se quedarían solos, sus abuelos están en El Salvador”, argumenta.

Los provenientes de El Salvador, Nicaragua, Honduras, Haití, Nepal y Sudán amparadas por el TPS deben renovar el beneficio migratorio, que les permite trabajar y vivir en EEUU hasta mediados del 2024, buscar información de primera mano en sus respectivos consulados, entre mejor informadas tienen menos posibilidades de ser víctimas de fraudes.

Hace pocos días la administración del gobierno actual y los abogados que representan a un grupo de amparados por el TPS no llegaron a ningún acuerdo, lo que dejó en el limbo a miles de ‘tepesianos’. La extensión es un alivio.

Alfaro sostiene: “sabemos que se han organizado marchas, que organizaciones como ‘Arriba Las Vegas’ se solidarizan con nosotros, camiones con ‘tepesianos’ se han trasladado hasta Washington, pero no hemos conseguido mucho más, y con Donald Trump en la presidencia nos fue todavía peor, era un estrés constante... 

“No reparan, es la verdad, en cuánto le hemos aportado a la economía de este país, somos miles trabajando, haciendo los taxes, adquiriendo propiedades, no vinimos a estar de brazos cruzados, somos emprendedores, y por encima de todo cumplidores de las leyes, por eso digo, reitero, que merecemos algo mas que el TPS, por ejemplo, que nos concedan la residencia si hemos cumplido con lo que se exige”, afirma. 

El TPS, como indica su nombre, es un beneficio migratorio temporal que le da un estatus a las personas provenientes de países que enfrentan situaciones de emergencia entre las que sobresalen desastres naturales o conflictos bélicos.

El gobierno de los Estados Unidos concede el Estatus de Protección Temporal a nacionales de unos 15 países del mundo, a los mencionados se suman etíopes, ucranianos y afganos, en total son cerca de 400 mil personas que se benefician de este programa, sin embargo no deben permitir que sus documentos expiren sin renovarlos.   

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