Francisco Silva... La sensibilidad y el deseo de hacer el bien como bandera

Por Roberto PELÁEZ

El enorme corpachón del mexicano Francisco Silva (6 pies y 6 pulgadas de estatura, junto a 310 libras de peso) no oculta la sensibilidad que distingue a este hombre, asentado desde hace varios años en Las Vegas.

La reciente presentación del Circo Poemas en la ‘capital mundial del entretenimiento’, dio pie para que Silva -excelente fotógrafo por más señas-, gestionara alrededor de 400 boletos para niños con necesidades especiales, gesto aplaudido por muchas personas en el valle.

“Al final, por las condiciones climáticas -fuertes vientos- y el temor de sus padres, asistieron unos 200, que también es una cifra considerable”, explicó Silva en plática sostenida en las oficinas de este semanario.

“Soy sobreviviente de cáncer, perdí a tres hijos pequeños, y esas son circunstancias que me acercan bastante a personas enfermas, o como los pequeños que requieren ayuda para realizar algunas tareas, me gusta hacer por ellos, que sientan el calor humano, que hay personas a las que les interesan”, resalta.

El entrevistado reconoce lo accesible, amable que se portó el dueño del Circo Poemas “accedió a todo lo que le pedí, si bien es cierto que es la primera vez (al menos que tenga conocimiento) de una función para los pequeñines, también lo es que resulta un gesto noble, muy humano, que se debe tener en cuenta, divulgar y agradecer.

“Varios padres, integrantes de varias organizaciones locales, se acercaron al dueño para expresarle palabras de gratitud, y yo mismo -mire, muestra sus mensajes en el teléfono- recibí mensajes de agradecimiento, palabras alentadoras que motivan para seguir por la vida ‘sembrando’, haciendo el bien”, advierte. 

Dueño de páginas en redes sociales que alcanzan cada mes entre 9 millones y 12 millones de visitas, comenta: “es que en mis páginas abordo o toco temas que le interesan a muchas personas, por ejemplo fotos de lugares naturales, los viajes que realizo a diferentes parques nacionales, la historia de México, la de los barberos, con imágenes en blanco y negro, todas muy interesantes, eso es importante, una contribución para que la historia no se pierda, por el contrario llegue al mayor número de personas posibles... eso me reporta satisfacción”, apunta.

Volviendo al gesto al que correspondieron centenares de niños y sus padres, destaca: “es también una acción desafiante, significa un reto que en este caso asumí con una dosis de alegría, sin dejar de reconocer que es un desafío, tras la aceptación por parte del dueño del circo, contacté a directivos de diferentes organizaciones como Azulblue, también muy receptivos, me apoyé en las redes para que la información alcanzara a muchos padres, mi teléfono no dejaba de sonar, la gente quería saber, había temor, era la primera vez que le hacían a los niños una invitación como esta, entonces los padres miraban con cierto recelo.

“El tiempo, lo fuertes vientos, de alguna forma nos jugaron una mala pasada, pero ver la alegría de los pequeños, la atención que prestaban a lo que sucedía a su alrededor, el que acudieran al Circo unos 200, algunos se relacionaran con artistas, fue hermoso, algo sensible”, precisa Francisco, que dicho sea de paso ha tomado parte de los cursos de comunicación impartidos en la Biblioteca ubicada en las proximidades de Bonanza y la 28.

“Soy un amante de la naturaleza, expresa, disfruto mucho los viajes que hago a los parques nacionales, tomo fotos de paisajes, eso me apasiona, pero sin dudas hacer el bien a  los demás es lo primero”. 

 

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