Los discapacitados visuales Resultan ejemplo cabal de fuerza de voluntad y perseverancia

Por Roberto PELÁEZ

 

El pasado jueves 4 fue la sexta ocasión en que se celebró el ‘Día Mundial del Sistema Braille’, algo que toca muy de cerca a las personas residentes en el valle y que padecen discapacidad visual.

Los privados de la visión son muchos en el mundo, ellos -incluidos los residentes acá- resultan sin dudas un grupo que constituye un verdadero ejemplo de determinación, de coraje ante las adversidades, que se crece frente a los obstáculos, no se amilana, al contrario, derrochan tenacidad.

La Organización de Naciones Unidas decretó el 4 de enero del 2018 el ‘Día Mundial del Sistema Braille’ -comenzó a celebrarlo al año siguiente-, para recordar el nacimiento del francés Louis Braille, quien quedó ciego desde niño a causa de un accidente en el taller de su padre.

Fue Braille quien creó el sistema de lectura y escritura que conocemos por su apellido. Gracias a él millones de  personas con discapacidad pueden leer y escribir. Nunca se le agradecerá bastante.     

En más de una oportunidad, en este mismo semanario, el ecuatoriano Edwin Saldarriaga, afectado de la vista, graduado de periodismo en una universidad de Ecuador, ha destacado: “es relevante que las personas ayuden a los ciegos, de manera que éstos tengan mayor autonomía, mejoren de manera considerable su calidad de vida”. Excelente. 

La ceguera es una discapacidad que encara una parte considerable de la población mundial; la afectación consiste en una condición que afecta de forma severa la visión... limita de forma significativa sus respectivas vidas.

Entre las necesidades básicas que las personas ciegas o privadas de la vista tienen derecho a recibir para mejorar su calidad de vida sobresalen: el derecho de desarrollar sus potencialidades como cualquier otro ser humano; requieren de atención especializada en educación, salud y en lo concerniente al aspecto laboral; es primordial para ellas la enseñanza y aprendizaje, de manera que tengan herramientas efectivas (que deben ser bien utilizadas) para la buena comunicación con el mundo que les rodea.

Los ciegos deben disponer de un alojamiento digno, además de tener en la adultez una vida social activa, es menester que por ningún concepto se sientan marginados, al contrario. 

Para que lo anterior se materialice es necesario que las autoridades, diferentes grupos, tengan cabal conciencia del problema, se sensibilicen con el mismo y ofrezcan la debida atención a los afectados (as).

Siempre que se platica o escribe sobre personas que no tienen el sentido de la vista (en el caso de la escritora y oradora Helen Keller tampoco escuchaba) sale a relucir su ejemplo, no había cumplido 20 meses de vida y por una enfermedad quedó sorda y ciega.

La Keller no se rindió nunca, de la mano de una instructora aprendió a comunicarse, terminó la enseñanza secundaria, asistió al College, consiguió una licenciatura. Fue ella (nacida en Alabama), la primera persona sordo-ciega que se graduó de estudios universitarios.

Vuelve el fraterno Saldarriaga “Es importante que la gente conozca esta fecha (4 de enero), que se acerquen, pregunten, tengan una idea lo más cercana posible de nuestras posibilidades y necesidades, cuánto podemos ganar en independencia, en valernos por nosotros mismos cuando adquirimos las herramientas necesarias y hacemos un uso correcto de ellas, conseguimos crear habilidades... como se ha informado ya algunos podemos hasta cocinar. Es relevante que podamos ser independientes, tener una vida digna, aportar a nuestros familiares y a la sociedad.

“Claro que todo eso, prosigue, lleva una cuota de apoyo, de interés personal, de deseos de aprender, que nos podamos valer por nosotros mismos; es indispensable que se nos tenga en cuenta, se nos valore, se conozca de nuestra su entrega y sostenido esfuerzo para mejorar la calidad de vida, hacer realidad los sueños y aspiraciones, se reconozcan las ansias por salir adelante, desde aquí le agradecemos a Braille”, concluye.

 

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