Por Roberto PELÁEZ
En el denominado con toda justicia ‘Mes de la Hispanidad’, El Mundo ofrece detalles relacionados con las raíces y costumbres de algunos territorios, aspectos que en algunos casos las personas al viajar ‘arrastran’, llevan consigo, pues forma parte de su familia, de lo que ha sido su vida, la de sus antecesores.
El boliviano Freddy Chávez, quien desde hace varios años reside en Las Vegas, es un profundo conocedor del folklor de su país; al referirse al tema que nos ocupa, platica de vestuario, comida, música, con mucha facilidad, es más, no puede impedir que salga a relucir cierto orgullo.
“Si hablamos de la forma de vestir, precisa, en Bolivia la manera en que se lleva la vestimenta -y ésta misma- varía en dependencia de la zona geográfica, y en la música pasa algo parecido... la gente que vive en el oriente del país por lo general viste de color blanco, mientras que en el occidente predomina lo que llamamos ‘pollera’, mucha ropa bordada, y por eso un número considerable de personas opina que el vestuario nos identifica; yo mismo soy del oriente boliviano, donde se usa mucho la ropa blanca remendada.
“En la zona del Altiplano es lo contrario, comenta, la gente usa una vestimenta con muchos colores, llamativa, y obtiene los colorantes de manera naturales, también emplea tejidos, precisa; en el carnaval internacional de Bolivia que se desarrolla cada año en Las Vegas hemos visto algunos vestuarios que son un excelente ejemplo de lo que digo.
“Por lo bonito, lo delicado, los detalles, el esmero, acota Chávez, son precisamente las mu- jeres y sus vestidos las que más ayudan en eso de identificar determinada zona de Bolivia, incluso el color, como señalé antes... bueno, usted no es boliviano, si lo fuera pudiera identificar a una mujer oriunda de Potosí, de Oruro, de Cochabamba, ellas mantienen vivas sus tradiciones”, diserta Chávez.
“Se tienen en cuenta muchas cosas, apunta, en la por Beni, Santa Cruz, que hace más calor, las mujeres dan preferencia a vestidos de una sola pieza, con arreglos florales en el cabello, se hacen trenzas... hay muchos vestidos con un tejido más bien fino, adecuado para enfrentar el calor, predomina el diseño alegre”, sostiene.
¿Y en la música?
“Bueno, en música tenemos que hablar del taquirari, que es un ritmo que nos caracteriza, porque reitero que soy del oriente de Bolivia, señala Chávez, soy de la parte en que más se baila taquirari, también en Bani, Santa Cruz, es un género que gusta mucho y lo hemos bailado por generaciones, dice mientras ejecuta un pasillo ante la risa de los presentes en la plática... lo consideramos también una música romántica que usan los enamorados.
“La gente del occidente prefiere en su vestuario las ‘polleras’, prefieren el color rojo y la ropa bordada, vistosa, y para la música entonces hay que hablar de las danzas conocidas como diablada y los caporales, en esta última las mujeres usan sayas cortas, realizan movimientos sensuales”, acota con malicia.
Al referirse a la comida que distingue a los bolivianos el inquieto Chávez, enfundado en una indumentaria de color blanco, no lo piensa un minuto para señalar “nos encanta el picante de gallina, es un plato típico que se elabora en todo el país, pero si hablamos de comida boliviana lo mejor periodista es que lo invite a comerse unas ‘salteñas’, se va a chupar los dedos, es una empanada rellena con carne, que puede ser de res, puerco pollo, queso y peperoni, vegetales, con especias, se coce al horno... son muy ricas, típicas de nuestra gastronomía, y muchos le ponen picante, sin descuidar hacerle una marca o algo para saber que pica”, resalta.
“Ya tengo hambre, comenta Chávez, mejor vamos a almorzar”, dice y se despide.
