Por Rafael ROMERO
Miles de católicos asentados en el valle iniciaron con el miércoles de ceniza, el pasado 22, la cuaresma, que se extenderá hasta el Jueves Santo el 6 de abril. De una fecha a la otra hay 40 días sin contar los domingos.
“Se trata de una oportunidad para la renovación, interiorizar que Dios está con nosotros, crecer como seres humanos, ayudar a quienes tienen menos, esa debe ser la respuesta al Señor, hacer cambios en nuestras vidas”, resaltó Lupita Castañeda.
Para la venezolana Dalia Suárez, creadora de la Bandera del Inmigrante, es también “una manera de mostrar el agradecimiento por todo lo que tenemos, más que todo el conocimiento de que Dios existe, nos brinda su amor y perdón”.
“Desde la primera luz de la mañana hasta que llegan las estrellas en la noche Dios está con nosotros, es el protector, resalta Rosita Peralta, Él conoce nuestros pasos, lo sentimos sobre todo en los momentos difíciles que enfrentamos a lo largo de nuestras vidas”.
Los católicos explican que la cuaresma recuerda los 40 días que Jesús pasó en el desierto antes de comenzar su ministerio público, su tiempo de prueba, otros apuntan que 40 días fueron también los que los israelitas pasaron en el desierto buscando la tierra prometida.
“La cuaresma, explica Suárez, es también el momento para dejar a un lado la arrogancia, proponerse y hacer todo lo posible por cambiar, ser mejores, ayudar y agradecer, reflexionar, hacer actos de caridad... debemos entender que la ceniza NO CAMBIA nuestras vidas, somos nosotros quienes debemos cambiarla con nuestras acciones”.
La cuaresma es también un periodo para la oración (dice la Biblia... orar sin cesar) y penitencia, la preparación para la temporada de pascuas y la resurrección de Cristo; los católicos deben cumplir el precepto relacionado con el ayuno y la abstinencia de carne. El ayuno es obligatorio el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
El propósito del ayuno no es impresionar a alguien. El verdadero ayuno, esta claro, es vivir una vida de equidad, de justicia, quiere decir que va más allá de la abstinencia de los alimentos. No se recomienda el ayuno a embarazadas, diabéticos o hipertensos, pues podría comprometer su salud.
El ayuno también ayuda a ser más humildes, quienes lo practican se sienten más cerca de Dios. Recordar que fue lo primero que hizo Jesús tras ser bautizado, según consta en Mateo (4-2). El ayuno debe ir acompañado de la oración.
Después de haber ayunado 40 días y 40 noches Jesús tuvo hambre y fue tentado... ‘Si eres el Hijo de Dios di que estas piedras se conviertan en pan’. Y él respondió: ‘Escrito está, no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’.
