Nevada es el refugio

Por Ignacio Romero 

Gerente del Programa Latino de Anti-Desinformación de Institute for a Progressive Nevada

 

Desde tiempos inmemorables, el aborto ha caminado al lado del ser humano. Mujeres de todas edades, razas y culturas han tenido que interrumpir su embarazo, en muchas circunstancias y por diversas razones. Civilizaciones antiguas como Egipto, China, Grecia y el Imperio Romano ya realizaban abortos utilizando decenas de distintos métodos. A medida que las sociedades se transformaron, las leyes también cambiaron, y no fue hasta el siglo XIX que la Iglesia Católica comenzó a oponerse al aborto, después de cientos de años de prácticas. La interrupción del embarazo paso a verse de una medida que salvaba vidas en un embarazo complicado, a interpretarse como un asesinato, que es la visión de la mayoría de los pensadores religiosos, hoy en día.

En 1973, la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó, en una decisión de 7-2, en el caso Roe vs. Wade, que una ley de Texas que prohibía los abortos, excepto para salvar la vida de la madre, era inconstitucional porque violaba la “privacidad” de las mujeres, garantizada por las enmiendas de la Constitución. La sentencia dictaminó que el gobierno no podía interferir con las decisiones personales relacionadas con la anticoncepción y determinó que la elección de abortar dependía de la madre y su médico durante el primer trimestre del embarazo. Una vez que la gestación alcanzaba el segundo trimestre, el estado podía regular los procedimientos de aborto, pero no prohibirlos. Después de las 24 semanas, la corte dictaminó que los estados podían regular o prohibir abortos a menos que la madre se encontrara en una situación que amenazara su vida.

Desde entonces, cada año, miles de mujeres se han visto en la necesidad de interrumpir su embarazo por motivos médicos, de salud, o por riesgo a sus vidas. Existen también casos extremos como violación e incesto. Anualmente en Estados Unidos millones de mujeres tienen embarazos no planeados y según estadísticas 4 de cada 10 de ellas deciden terminar con su gestación. Cada mujer y cada familia tiene razones únicas para tomar esta decisión. 

Se habla mucho sobre el aborto, pero no se lo explica en profundidad. Empecemos diciendo que en Estados Unidos existen dos maneras de interrumpir un embarazo: a través de la píldora abortiva y a través del aborto en una clínica. Expliquemos el primero, la píldora abortiva o aborto con medicamentos, se realiza en la etapa inicial del embarazo. Son dos pastillas que se toman para producir un proceso similar al aborto espontáneo o lo que comúnmente conocemos como pérdida del embarazo. Por otro lado, el aborto en una clínica es realizado por un especialista médico, con todas las medidas se seguridad y salubridad. El procedimiento en sí dura alrededor de 10 minutos. Según los expertos, ambos métodos son seguros, muy comunes, no afectarán la capacidad de tener hijos en un futuro, no causarán infertilidad, ni aumentarán el riesgo de tener cáncer de seno. Todos estos puntos se deben aclarar por la gigantesca lista de mentiras en torno a este tema.

Decenas de grupos antiaborto han usado desinformación para atacar este procedimiento, lo que ha tenido resultados desastrosos. Es por esto que muchas autoridades han dado un paso al frente para defender los derechos de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, sin que el gobierno les diga lo que deben o no hacer con él. 

En Nevada, por ejemplo, el año 2019, el gobernador Steve Sisolak aumentó el financiamiento para el programa de subsidios de planificación familiar del estado y aprobó la ley “Trust Nevada Women Act en 2019”, que revocó las sanciones penales por delitos graves sobre el aborto que han estado vigentes en Nevada desde principios del siglo XX.

Durante la sesión legislativa de 2021, la gobernación de Nevada amplió el acceso a los métodos anticonceptivos al promulgar un proyecto de ley que permite a las farmacéuticas recetar anticonceptivos hormonales directamente a las pacientes.

Después de que la Corte Suprema de los Estados Unidos revirtiera, este año, el fallo de Roe vs. Wade, el derecho constitucional al aborto, de 50 años de antigüedad, y mientras muchos estados del país iniciaron un ataque hacia los derechos reproductivos, el gobernador Sisolak ordenó defenderlos. 

Con la desaparición de las protecciones federales para el derecho de las mujeres a elegir sobre su propio cuerpo, Nevada se convierte así en uno de los pocos estados que brinda refugio a mujeres que intentan contar con tales servicios, además rechazará cualquier solicitud de otro estado para emitir una orden de arresto contra estas pacientes. 

Mientras usted lee estas palabras, Nevada ya es el refugio de alguna mujer estadounidense que vino por ayuda, escapando de las nuevas y aterradoras leyes de su estado.

(Pagado por Institute for a Progressive Nevada)

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