Presentaron libro estremecedor que incita a luchar por los sueños

Por Nuestros SERVICIOS

Los libros lavan el alma del polvo de la vida cotidiana

No fue la del sábado 16 la presentación de un libro cualquiera, dirigido a entretener, de esos a los que se acude -según Groucho Marx- cuando la televisión aburre. ¡No! ‘Tu historia Mi historia’ es una pieza estremecedora. Su lectura no dejará a nadie indiferente.

Una vez más la céntrica Galería Kaleidoscope se vistió de largo, para -’Tela por donde cortar’, aparte- acoger a más de una treintena de personas que acompañaron a la michoacana Cinthia Rodríguez, ella nos tomó de la mano y guió a todos a través de una pieza (narrada en primera persona) por los avatares de su vida, las adversidades y abusos que sufrió en carne propia.

Como una película que literalmente pone los pelos de punta, humedece los ojos, ‘Tu historia Mi historia’ es exactamente eso, la biografía de una niña que desde los pocos meses de nacida encara un mundo feo, horripilante, en el que personajes que asquean -sin dejar de ser humanos- que deambulan ante los ojos atónitos del lector que se resiste a creer tanta maldad.

Rodríguez se convierte de niña en adolescente, en joven, en una mujer que contrae matrimonio  sin apenas haber concluido la pubertad, que trae al mundo a un bebé prematuro con el que debe luchar sin bajar por un segundo la guardia.

Estados Unidos -adonde llegó por la frontera con Tijuana-, la ciudad de Las Vegas, familiares allegados, su actual esposo, fungen como especie de tabla de salvación para esta nobel escritora que por muchos años consideró aquel mundo inmensamente feo como lo más normal, sin imaginar que “al doblar la esquina se abrían otros horizontes, una vida mejor, por la que vale la pena luchar, superarse, trabajar, salir adelante”.

Su psicóloga, la terapista que la atendió, el editor Alex Vivas, fungieron como un ‘motor’ que la incitaba a seguir adelante, a aferrarse a la vida con uñas y dientes, a gritar al mundo que su proceso de sanación va por buen camino, y una prueba de ello es este mismo libro descarnado, sin afeites, con el que la autora abre de un portazo e inicia su incursión en el mundo de la literatura, esa que cobra fuerzas en la comunidad hispana del valle. 

Gracias por esta entrega, ojalá no sea la última. Los lectores esperan.

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