México y el Vaticano cumplen 30 años de relación entre tensión y sintonía

México cumple 30 años de restituir sus relaciones diplomáticas con el Vaticano, en medio de tensiones del gobierno de Andrés Manuel López Obrador con la Iglesia católica mexicana.

La Santa Sede y México restablecieron lazos el 21 de septiembre de 1992 tras haberlos suspendido en 1861, con la separación de la Iglesia y el Estado del presidente Benito Juárez.

Para restituir la relación se reformó el artículo 130 de la Constitución y promulgó la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público.

Expertos coinciden en la relevancia que para el Vaticano tiene México, donde hay casi 98 millones de católicos, la segunda cifra más alta del mundo, solo detrás de Brasil.

“Desde la conquista, México se convirtió en uno de los puntos de apoyo básico del Estado Vaticano en América Latina”, expone José Antonio Alonso, investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

El aniversario llega tras desencuentros de la Iglesia católica de México con López Obrador y su partido, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), por temas como la violencia, derechos sexuales y los abusos de la conquista del siglo XVI.

El presidente y los sacerdotes intercambiaron críticas cuando los curas cuestionaron su estrategia de seguridad tras el asesinato de dos jesuitas en el norteño estado de Chihuahua.

El presidente, quien se proclama “seguidor de Jesucristo”, criticó en 2020 a la jerarquía católica mexicana por no replicar el mensaje del papa Francisco contra el neoliberalismo.

La Iglesia acusó en 2021 a “legisladoras federales del partido en el gobierno” de “empecinarse en promover una agenda muy cargada de ideología”, como derechos LGBT, aborto y marihuana.

López Obrador insistió cuando se conmemoraron 200 años de la consumación de la independencia y 500 años de la conquista, en que el Vaticano debía pedir perdón por los abusos contra los pueblos indígenas.

Para el reconocido investigador Alonso, autor de “Topar con el Vaticano”, el mandatario actúa de forma “muy sabia, no ha hecho declaración definitiva, sin embargo no actúa con el mismo sometimiento que los presidentes anteriores”. México (EFE)

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