Un fuerte viento, de hasta 25 kilómetros por hora, derribó el árbol de Navidad de la Casa Blanca, que dicho sea de paso ya estaba decorado con luces de diferentes colores.
El abeto que se cayó se encuentra ubicado en la parte sur de la Casa Blanca, específicamente en una parte de los jardines conocida como la ‘Elipse’ y que como es tradicional puede ser visitada por el público.
De hecho, con sus luces, bolas y cintas de color rojo, ese árbol -incuestionablemente- suele convertirse en una de las principales atracciones turísticas para aquellas familias que visitan la capital de los Estados Unidos durante las vacaciones de la temporada navideña, y aprovechan para llegarse al atractivo lugar.
Tradicionalmente, el árbol en cuestión suele tener a su alrededor 50 pequeños árboles, uno en representación de cada estado de los Estados Unidos, y que suelen lucir ornamentos diseñados por niños, además de mostrar aleccionadores detalles sobre la historia, la cultura y las tradiciones de cada rincón de la nación. La iniciativa de invitar a los menores para que den rienda suelta a su imaginación a la hora de elaborar y hacer adornos, diseños, siempre es bien recibida, aplaudida por muchos, no deja de ser también algo atractivo.
El presidente de los EE.UU, Joe Biden, tenía previsto participar en el tradicional encendido del árbol de Navidad de la Casa Blanca junto a la primera dama, Jill, en un acto que inaugura o abre las puertas a la alegre temporada de celebraciones navideñas, en que por lo general las familias se reúnen.
Este año se celebra el aniversario 100 de este tipo de ceremonias que empezaron el 24 de diciembre de 1923, cuando el presidente Calvin Coolidge (1923-1929) encendió un abeto de 14 metros procedente de Vermont, según aparece en las explicaciones que brindan en su página web los Archivos Nacionales de Estados Unidos.
La capital de Estados Unidos vive desde hace varios días bajo las afectaciones provocadas por las notables bajas temperaturas, con máximas de 4 grados centígrados y mínimas de -4, a lo que unen vientos cuya velocidad ha sido calculada en hasta 25 kilómetros por hora, según el Servicio Meteorológico Nacional. Washington (EFE)
