Concluye el mes dedicado a la mujer y comienza el de concientización sobre el autismo, algo de lo que se ha escrito y platicado mucho, sin embargo las incomprensiones o el desconocimiento están a la orden del día.
Definitivamente NO ES UNA ENFERMEDAD, ES UNA CONDICIÓN. Los niños autistas no tienen signos o estigmas físicos que anuncien dicha condición, su expresividad es muy variada.
Para los padres de estos pequeños es imprescindible conocer su idioma, lo que deseen señalar, dejarlos decir empleando su cuerpo. Pueden querer agua, o apuntar a una pelota. Es menester conocer, dedicarse, hacer gala de paciencia. Los menores corresponden con amor, brindan una cuota de ternura significativa.
Los expertos aseguran que el trastorno del espectro autista es una afecci#ón relacionada con el cerebro que afecta la manera en que una persona percibe o socializa con otra, lo que puede causar problema en la interacción social y la comunicación.
El término autismo fue empleado allá por 1943. La Asamblea General de las Naciones Unidas tuvo a bien declarar el 2 de abril como ‘Día Mundial de la Concientización sobre el Autismo’.
Es importante ganar en conciencia y reconocer los derechos de quienes padecen esa condición.
Resulta válido dejar sentado que “el denominado Trastorno del Espectro del Autismo (TEA, por sus siglas en inglés) tiene que ver con significativas condiciones, caracterizadas más que todo por un marcado desafío de las habilidades sociales, comportamiento repetitivo, limitaciones en el dominio del lenguaje”, coinciden personas del valle relacionadas con la referida condición.
“Cada persona con autismo, comentan, reúne un conjunto diferente de lo que podemos llamar fortalezas y desafíos; las formas en que dichas personas aprenden, piensan y resuelven sus respectivos problemas pueden variar, ir desde altamente calificadas hasta severamente limitadas, algunas con TEA pueden requerir de mucha ayuda en su vida diaria, y otras necesitar menos apoyo, incluso, en algunos casos, vivir de manera completamente independiente”, afirman.
El denominado tratorno del espectro autista tiene un rápido crecimiento, se calcula que afecta a uno de cada 36 niños en Estados Unidos, sin dudas es notable, entonces dada la cifra tan alta que salgan a relucir insatisfacciones. Los niños tienen cuatro veces más probabilidades de ser diagnosticados que las niñas.
Todo cuanto se pueda aprender sobre el autismo es importante, es un abanico muy amplio. Precisamente por la menor prevalencia en mujeres, por muchos años se consideró que autismo tenía un componente de herencia materna. Estudios recientes dejan sentado que las variantes ‘más raras’ asociadas con el autismo se heredan principalmente del padre. Aún hay mucho por estudiar y aprender.
Enseñarles a jugar ajedrez, ser sistemáticos con las sesiones de terapia, adquieren incuestionablemente importancia vital.
