Opinión: La primera presidenta de México

Por Jorge Ramos 

México -que ha sido una nación tan machista, con miles de feminicidios y desaparecidas, y con una dolorosa desigualdad de género- por fin tendrá a una mujer en la presidencia.

Aunque México sigue irremediablemente dividido entre los partidarios del presidente Andrés Manuel López Obrador y sus opositores, esto significa que mucho se ha avanzado en el país. ​Las mujeres están cambiando a México.

​“Va a haber presidenta de la república y será de la cuarta transformación”, aseguró Claudia Sheinbaum, poco después de conocer que sería la candidata de Morena, el partido en el poder. Pero las cosas no salieron como quería el presidente y su partido. El ex canciller y aspirante de Morena, Marcelo Ebrard, denunció que hubo “graves irregularidades” en las cinco encuestas que le dieron el triunfo a Sheinbaum. “No nos vamos a someter a esa señora”, diría Ebrard.

​La primera conclusión es que México sigue siendo una democracia muy joven e imperfecta y todavía no sabemos hacer bien las elecciones partidistas internas. Haría falta la participación de un Instituto Nacional Electoral fuerte y capaz. Las encuestas siempre tienen un margen de error, y dependen mucho de a quién se pregunte y cómo se pregunte. No se usan para elegir candidatos en países con democracias más sólidas.

​ Los problemas con el proceso de selección de la candidata oficial ocurrieron, también, con el frente amplio de la oposición (que reúne al PRI, al PAN y al PRD). Xóchitl Gálvez fue escogida luego de las encuestas pero antes de una publicitada consulta popular, que nunca se realizó.

​Procesos incompletos, poco transparentes, generaron muchas dudas. Sheinbaum le ganó a cinco hombres y Gálvez a por lo menos dos. Es el resultado de nueva cultura feminista en México que tiene, como principio básico, el no dejarse y buscar la igualdad. Millones de mexicanas exigen cambios, grandes y pequeños, en lugares donde viven, trabajan, se divierten.

​La Corte Suprema de México despenalizó el aborto en el país el mismo día que supimos que dos mujeres buscarían la presidencia. El argumento es que prohibir la interrupción de un embarazo va contra del derecho de las mujeres. Fueron décadas de lucha.

​Ahora la lucha es en otro ámbito.

​La ironía es que parte del surgimiento de Gálvez se lo debe aLópez Obrador. “Es la candidata de los corruptos, de los que han saquedado a México”, dijo en una de sus conferencias matutinas. Xóchitl se presentó en Palacio Nacional, donde el presidente realizaba una de sus “mañaneras”, para ejercer su derecho a la réplica. No la dejaron entrar. Ahí, dijo, comenzó su campaña por la presidencia.

AMLO contribuyó a la creación de su principal enemiga. Antes de sus ataques, era difícil identificar a alguien en la oposición que pudiera ganar al gobierno. Ya no.

​Me encontré con Gálvez frente al Palacio Nacional, donde asegura no viviría si gana la presidencia. Lo abriría al público. Tuvimos una larga conversación:

​-Sobre la primera presidenta: “Que México tenga a una presidenta me tiene feliz, se hace justicia”.

​-La elección: “Voy a enfrentar una elección de estado. Todas las mañanas el presidente me ataca. No dice mi nombre pero me ataca”.

​-AMLO: “El presidente me quisiera fulminar”.

​-Dedazo: “Él quisiera un dedazo, no lo vamos a permitir”.

​-Felipe Calderón: “Tuvo mala estrategia de seguridad”.

​-El asociarse con un partido corrupto como el PRI: “Soy daltónica políticamente. No tengo militancia en ningún partido… No voy a permitir la corrupción”.

​-De su falta de un plan contra la violencia: “Ya tengo una primera estrategia de saque”.

​-Sobre negociar con EEUU un plan contra los narcos: “Vamos a hacer un acuerdo, dejar claro qué hace cada quién”.

​-De la acusación de AMLO de que recibió millones en contratos del gobierno: “Puedo tener contratos. No siempre estamos en el gobierno. Tengo 31 años de empresaria”.

​-De su patrimonio: “No soy millonaria. Pasé de vender gelatinas a una empresaria exitosa. Trabajando. Estudiando”.

​-Del peligro al que la expuso el presidente: “Temo por mis hijos”.

​-Su esposo:  “No me va a apoyar.  No le gusta la política…No va a aparecer…  Se acaba de jubilar hace unos años… Es un hombre feliz con la música”.

​-Palacio Nacional: “No voy a vivir ahí… Se tiene que abrir para que pasen a ver los museos”.

​-Futbol: “Amo al Cruz Azul y me voy a morir viendo al Cruz Azul”.

-De la elección del 2 de junio del 2024: “Voy a ganar porque no tengo odio”.

​Tenemos nueve meses antes de las elecciones. Pero este es un país que cambia. Dos mujeres luchan por el poder y se siente diferente. No había ocurrido antes. 

 

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