Vacuna contra tuberculosis puede causar reacciones adversas

 

México, 23 Mar. (Notimex).- Pocos saben que la vacuna contra la tuberculosis, llamada BCG, que sólo protege contra las formas extrapulmonares de la enfermedad, puede causar reacciones adversas en niños aparentemente sanos, pero que en realidad sufren una mutación genética.

Noé Ramírez Alejo, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, indicó que una mutación genética es un defecto heredado en una molécula del sistema inmunológico que los predispone a desarrollar la infección, alteración que de no detectarse a tiempo, puede conducir a la muerte debido a un diagnóstico y tratamiento equivocado.

En un comunicado, señaló que de hecho se ha cuestionado la eficiencia de la vacuna BCG porque algunos infantes pese a ser vacunados, desarrollan una infección localizada que tiende a diseminarse, llegar a ganglios y a órganos como el cerebro pudiendo ser mortal, pero en realidad, en estos casos la reacción puede deberse a un gen defectuoso.

En el marco del Día Mundial de la Tuberculosis, expuso que por ello, en el Departamento de Biomedicina Molecular del Centro se trabaja en el diagnóstico molecular de infantes potenciales a sufrir lo que se conoce como susceptibilidad mendeliana a infecciones micobacterianas, en la que los niños presentan alteraciones en uno de sus genes.

El también Maestro en Ciencias destacó la importancia de identificar a este tipo de pacientes especiales, ya que el tratamiento que ellos siguen no es el mismo que aquellos con tuberculosis pulmonar, quienes tienen un sistema inmune que llega a ayudarles a responder y resolver la infección con el apoyo de un régimen de tratamiento estricto de antifímicos.

En el caso de los pacientes con defecto genético, ese tipo de tratamiento es ineficiente, y generalmente los pacientes mueren.

Por eso, lo que hacemos en el laboratorio del Cinvestav, dijo, es encontrar dónde está dicho defecto, para orientar tanto su diagnóstico como el consejo genético que se da a los familiares, pues este tipo de enfermedades es producto muchas veces de la consanguineidad.

Una vez que encontramos esa mutación se le da un tratamiento a base de fármacos adecuado y específico, y generalmente los niños responden muy bien; en los casos más severos se puede hacer un trasplante de médula ósea.

Ramírez Alejo detalló que en el laboratorio a cargo del investigador Leopoldo Santos Argumedo del Cinvestav, lo que hacen es buscar la molécula defectuosa que predispone a esos niños a sufrir una infección diseminada por la micobacteria que se les aplica en la vacuna y con la cual todos hemos estado en contacto, pero sin desarrollar infección.

El análisis se realiza en el ADN de pacientes pediátricos, ya que es a edad temprana cuando se aplica la vacuna, aunque no hacerlo, no exime a los infantes que tienen el defecto genético de contraer en algún momento de su vida la infección, y que probablemente será antes de la adolescencia, destacó.




 

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