Buscan jóvenes hispanos curarse de sus males sociales y ayudar a otros

Por Valdemar GONZÁLEZ

Somos el grupo Alianza, dijeron. Cada uno de nosotros tenemos problemas personales y en la familia que deseamos resolver. Vamos a escribir un libro con nuestras experiencias, pero necesitamos ayuda.  

Así se presenta un grupo de jovencitos hispanos, que el domingo 30 por la tarde sostuvo un evento para recaudar fondos. Las familias prepararon comida y bebidas para, a manera de kermés, venderla. Hubo algunos bailables y los jóvenes hablaron de su propósito.

Fueron escuchados. La señora Sonia Rivelli, presidenta de una organización de Brasileños en Las Vegas, les entregó un cheque por mil dólares. Esa fue la mayor contribución recibida esa tarde pero hubo otras aportaciones que, aunque modestas, les dio a los jóvenes un impulso importante. Van a abrir su cuenta bancaria para llevar adelante su cometido.

La idea del libro es dejar registradas sus experiencias y compartirlas con otros jóvenes, para que vean que los problemas son similares y si se platican se pueden solucionar.

Alianza nació hace unos meses, cuando algunos jóvenes empezaron a reunirse y platicar entre ellos. La comodidad de tener un lugar seguro, sin presiones y la compresión de la gente de la asociación los hizo tomar confianza. Se unieron otros jóvenes hasta llegar a un grupo de ocho, cuatro hombres y cuatro mujeres en edades de 14 a 18 años de edad.

A fines de junio pasado el grupo hizo una visita a las oficinas de El Mundo, acompañado por algunas madres de familia y por Graciela Rodríguez, presidenta fundadora de la Asociacón de Clubes Unidos por Jalisco, quien consideró el esfuerzo de los jóvenes como algo muy especial que merece comprensión y apoyo.

No sabemos de una agencia específica para ayudarlos con sus problemas tan particulares de la adolescencia, de la familia; entonces ellos mismos, platicando se dieron cuenta que pueden ayudarse. Se organizaron, hicieron su programa de trabajo, un código de comportamiento dentro del grupo y en las instalaciones.

Después de reunirse varias veces, platicar sus problemas y comentarlos entre ellos se dieron cuenta que se sintieron mejor y empezaron a ver las cosas diferentes. Se ayudan unos a otros. Quizá su modo de funcionar es como el de un grupo de Al Anon o uno de esos, dijo Rodríguez.

¿Cuáles son esos problemas con los que cargan los jóvenes? Una vez que Rodríguez los presentó, uno a uno los muchachos hablaron y pusieron por delante su propia situación. Cada uno padece uno o más de los problemas conocidos como soledad, depresión, ansiedad, intento de suicidio, violencia doméstica, bullying y drogas.

¿Tan jóvenes y ya sufren?

Miriam dijo que la misión de Alianza es escuchar a los jóvenes que lo necesitan, empezando por ellos mismos. Quieren dar el mensaje de que ellos pueden ayudar a otros; que tienen sus puertas abiertas para quienes lo necesiten. Dijo que ella misma ha podido sentirse mejor en el grupo.

Hemos decidido hablar para pedir ayuda, para hacer un libro que se llamará “Mi secreto a voces”, donde platicaremos nuestras propias experiencias y otras ajenas, dijeron los jóvenes en visita a este semanario.

Miriam, Raúl, Mitzi, Leonardo, Francisco, Jesús y otros dos no presentes encontraron beneficios de platicar sus problemas y ahora también están en el camino de encontrar las difíciles soluciones.

¿Qué les pasa?

A pesar de su corta edad – aún no llega los “dulces 16” - Mitzi sufre de depresión. Vive en una familia típica hispana; la soledad y las malas compañías le empezaron a traer dificultades que no tenía. “Yo sentía un vacío… y lo quise llenar con cosas malas porque las amistades me escuchaban y me decían qué hacer. Lo bueno es que encontré este grupo, dijo.

Para Jesús el problema no es él sino algunas personas que le rodean, con la que tiene que relacionarse y representan una tentación con las drogas.

Francisco no solo padece por su rebeldía, su peor enemigo es el alcohol. A su corta edad acepta que no podía dejar de beber pero luego de tratamiento médico y de su fuerza de voluntad lleva 7 meses sin probar alcohol.

Los jóvenes de Alianza tienen que lidiar con las lacras de las drogas, violencia, soledad, bullying y ansiedades. Sin embargo como dice el dicho han “tomado el toro por los cuernos” y cada día luchan para vencer.

La esperanza del apoyo

En el fondo –reiteró Graciela Rodríguez--  lo que buscan estos jóvenes es que alguien les de ayuda para enfrentar sus padecimientos y mejorar sus vidas. También buscan que más jóvenes como ellos se unan al grupo y sus aspiraciones de cambio. Creo que todos conocemos los problemas por los que atraviesan los jóvenes hispanos en nuestra comunidad: el abandono escolar, el embarazo a temprana edad, acoso o bullying, consumo de drogas, y salidas extremas como el suicidio.   

Estos muchachos necesitan la ayuda de la comunidad, de gente que no solo les de consejos pero también recursos para que hagan realidad su proyecto, concluyó Rodríguez. Para contacto se pueden comunicar al teléfono (702) 635-4501.

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