Por Roberto PELÁEZ
El sensei -maestro- Luis Pipo Torregrosa, responsable de la modalidad de artes marciales denominada shinkyokushinkai en los Estados Unidos, no puede ocultar su orgullo por los avances que experimenta la disciplina en Las Vegas, el trabajo de los maestros, la entrega de los practicantes de diferentes edades.
“Claro que el Covid 19 también afectó la celebración de torneos, sin embargo debo reconocer que las medallas conquistadas antes de la pandemia hablan a las claras del trabajo que se lleva a cabo, tanto en las instalaciones como en las sesiones de entrenamiento que se materializan en las montañas cercanas, o sea, al aire libre, distinguidas cada una de ellas por la disciplina, el entusiasmo, la seriedad”, resalta el experimentado dirigente, de origen puertorriqueño, asentado en Las Vegas.
“Y no se trata sólo de las medallas, los trofeos, abunda, de la dedicación en el entrenamiento, cuando se ha puesto a prueba nuestra capacidad organizativa, las calificaciones ha sido excelentes, por ejemplo el primer campeonato de kárate de contacto en Las Vegas, al que fueron invitados figuras relevantes a nivel internacional como Andre Gilbert y Luis Torregrosa, dos pilares de nuestro deporte.
“También debemos reconocer el aumento considerable del número de practicantes, como muestra inequívoca del prestigio que hemos ganado, el profesionalismo de los maestros encargados de transmitir sus conocimientos, y por encima de todo, siempre lo destaco, la disciplina... en deportes se pueden conseguir muy pocas cosas si no hay disciplina, un marcado interés por aprender”, sostiene.
Platica de ‘Las Vegas Warriors Dojo’ y otra vez sale a relucir el orgullo, “es emocionante ver a tantos niños mostrar sus habilidades, lo que han aprendido, sobre todo a la hora de enfrentar un test para el pase de grado, ver con la seriedad, la limpieza con que realizan diferentes movimientos”, insiste.
“Aprovecho esta oportunidad, dice, para felicitad a los maestros, a los practicantes, a los padres de los niños, han realizado un excelente trabajo, digno de reconocimientos, y ahí están los resultados.
“El shinkyokushinkai, acota, goza de buena salud en Las Vegas, también en otras ciudades, como en Los Ángeles, Colorado Spring, por sólo poner tres ejemplos, y eso hubiera sido imposible sin la dedicación de los maestros, las familias que nos apoyan, a las que debemos reconocer, y claro, premiar la voluntad, el inestimable interés de los practicantes”, concluye.
