Rivera y Panthers cuentan con apoyo hispano en el Super Bowl

Por STEVE REED, Associated Press

 

Durante el Super Bowl, muchos fanáticos alentarán con gritos en español a los Panthers de Carolina y a su entrenador Ron Rivera.

 

Rivera es hispano. La familia de su madre emigró de México a Estados Unidos y los parientes de su padre consideran todavía que Puerto Rico es su patria.

 

Los Panthers se miden el próximo domingo a los Broncos de Denver en el Super Bowl 50.

 

En su quinto año al mando de Carolina, Rivera se ha vuelto tan popular entre la comunidad hispana que hubo necesidad de contratar a un equipo de relatores en español para las transmisiones de los partidos de los Panthers.

 

Rivera sabe que no es el primer entrenador hispano en disputar un Super Bowl. Tom Flores lo conquistó en dos ocasiones con los Raiders de Oakland.

 

Sin embargo, el entrenador bromea y dice que se sigue considerando un "pionero".

 

"Principalmente el béisbol y el fútbol son los deportes populares" en los países hispanohablantes, dijo Rivera a The Associated Press. "Pero el fútbol (americano) busca convertirse en un deporte mundial... de modo que es bueno ver este tipo de apoyo. Por la herencia de mis padres, me siento tremendamente orgulloso".

 

Randall Alexander Varnum, de 29 años y habitante de la Ciudad de México, sintonizará el Super Bowl y quiere que Carolina consiga el título. Afirma que ha sido fanático de los Panthers durante toda su vida. Residió por un tiempo en Charlotte, Carolina del Norte, y asistió a algunos partidos.

 

"El hecho de que ellos tengan a Ron Rivera podría ser un factor para que algunos fanáticos pongan atención al partido, aunque no sean aficionados de alguno de los equipos", opinó Varnum.

 

Esteban Rivera, de 30 años y editor deportivo de GFR Media en Puerto Rico, consideró que no hay todavía un apoyo notorio para los Panthers en la isla. Sin embargo, prevé que la situación cambiará una vez que más gente conozca la información sobre las raíces de Rivera.

 

"Los boricuas suelen apoyar a los suyos en los deportes, así que Ron Rivera y los Panthers serán favoritos en la isla", afirmó.

 

Rivera se formó en una familia de militares, con todo lo que ello implica. Sus padres se conocieron en un baile de la USO, organización que presta servicios recreativos para las fuerzas castrenses.

 

La familia Rivera se mudó de una base militar a otra. Residió en los estados de Maryland y Washington, así como en Panamá y Alemania. Pero la base de los Rivera fue siempre Fort Ord, un puesto militar en California, ubicado a una hora en automóvil de Santa Clara, la sede del Super Bowl de este año.

 

"En muchos aspectos, esto es como un regreso a casa", opinó Rivera.

 

Muchos en Carolina identifican a Rivera como un entrenador cercano a los jugadores. Suele caminar por los camerinos, donde se siente como en casa tras jugar nueve temporadas como linebacker de los Bears que se coronaron en la NFL en la temporada de 1985.

 

El tight end Greg Olsen aseguró que si los jugadores tienen alguna inquietud sobre la intensidad de la práctica, la selección de jugadas o incluso problemas personales, saben que la puerta de Rivera está siempre abierta. El entrenador es todo oídos ante ellos.

 

"En esta liga todos suponen simplemente que para ser un entrenador hay que mantenerse distante, guardar secretos... pero uno no", destacó Olsen. "Uno puede ser escuchado por toda la organización a raíz de la forma en que uno se desempeña y trata a la gente. Y Ron es el ejemplo perfecto de eso".

 

Olsen dijo que Rivera "trata a los jugadores como hombres", y es por ello que cuenta con el pleno respeto del vestuario.

 

Ayuda también el hecho de que Rivera fue jugador y puede entender lo que sienten sus pupilos.

 

"Él tiene altas expectativas y estándares", dijo Olsen. "Pero los chicos se enorgullecen por responder a esos estándares, porque no quieren decepcionarlo".

 

La capacidad de Rivera para relacionarse con la gente se derivaría de su formación.

 

Dado que se mudaba de una ciudad a otra, aprendió a mostrarse extrovertido para ganar nuevos amigos. Buscó también socializar mediante el deporte, con incursiones en el béisbol, el golf y el tenis.

 

Fue elegido como el mejor jugador de su posición a nivel nacional en California, y los Bears lo seleccionaron en la segunda ronda del draft de 1984. No es raro que Rivera, inteligente y trabajador, se haya aventurado a seguir la carrera de entrenador.

 

Dave Wannstedt, entrenador de los Bears, le ofreció una plaza como becario sin sueldo en 1997, y Rivera aceptó. Fue ascendiendo rápidamente, para ocupar el puesto de coordinador defensivo en 2004. Rivera llegó al Super Bowl dos años después, cuando Chicago cayó ante los Colts de Indianápolis y Peyton Manning, el mismo quarterback al que enfrentarán los Panthers el domingo.

 

En nueve ocasiones, Rivera solicitó empleos de entrenador sin éxito, antes de aterrizar en los Panthers en 2011. Tras un lento comienzo, ha ganado tres campeonatos seguidos en la División Sur de la Conferencia Nacional, y ostenta una foja de 37-15-1 en ese periodo.

 

Cada semana, durante las reuniones del equipo, Rivera elige una jugada clave del encuentro anterior y la muestra a sus jugadores, con la crónica en español. La mayoría no entiende qué dicen los relatores, quienes emiten gritos estridentes como suele ocurrir en las transmisiones de fútbol. Sin embargo, los Panthers se muestran encantados por escuchar esa vociferación.

 

Rivera confía en que un triunfo en el Super Bowl genere todavía más interés de la comunidad hispana por el fútbol americano. Tal vez, ello convenza incluso a algunos hispanos para ser jugadores o incluso entrenadores.

 

"Yo les digo a las personas que pueden hacer lo que quieran", destacó Rivera. "No importa quiénes son o de dónde vienen.

 

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