Por Roberto PELÁEZ
Pese a su corta edad (11 años), el talentoso William Harris sabe que las habilidades, las competencias, se ganan en las exigentes sesiones de entrenamiento, por eso no sorprende su llamada: “periodista ya me quitaron el yeso y estoy practicando”.
Es Ana Harris, la madre, quien abunda: “después que William tomó lecciones con entrenadores de la Fundación Real Madrid, pues tuvo esa lesión en el brazo, le pusieron un yeso para inmovilizarlo, tardó algunas semanas en recuperarse.
“Pese a ser un niño deseoso de actividad, al que le gusta hacer ejercicios, lo tomamos con calma para que se recuperara totalmente antes de volver a las canchas, todo salió bien, y ya ve está en lo que más le gusta que es jugar futbol”, apunta entusiasmada.
Ana deja sentado que platica mucho con su hijo sobre disciplina, “el respeto que debe brindar a sus compañeros, a los rivales, a los entrenadores y árbitros, también al público”, advierte.
Quienes lo han visto jugar aseguran que el pequeño clasifica como uno de los tantos niños con talento, enamorados del futbol, que se entrega en las sesiones de entrenamiento, sueña con llegar al estrellato. Se desempeña en la modalidad de 7 contra 7.
“Se caracteriza por su velocidad, pensamiento rápido ante distintas situaciones de juego, a lo que se une su empeño por aprender cada vez más a jugar en equipo”, dicen.
Harris reconoce que es admirador de Pelé, Ronaldo y Messi, su playera muestra el 7, vive -por su edad- esa etapa en que los niños se prueban en varias posiciones, “lo más importante es jugar, apunta, tocar el balón, hacer buenos pases, y si es posible marcar un gol”, señala y recorre con la vista las fotos que adornan el lobby del semanario El Mundo.
“Quisimos que después que le retiraron el yeso tuviera unos días de descanso, explica Ana, que no empezara a jugar y entrenar inmediatamente, consideramos que fue lo mejor, además, él quería venir a verlo para agradecerle una nota que publicó antes, cuando tomaba lecciones con personal del Real Madrid, él es así, le enseñamos que es importante ser agradecido”.
Estrecho la mano del jugador, le deseo éxitos en la escuela y el deporte. Soy yo quien agradece al pequeño.
