Cuando las arpas se ‘apoderan’ de El Mundo

Por Roberto PELÁEZ

Los colombianos Hildo Aguirre y Margareth Gómez no caben en sí de contentos, sienten un enorme orgullo, sus hijos Sergio y Tatiana se encuentran en Las Vegas, toman clases de arpa con el reconocido maestro Mariano González.

“Son dos jóvenes muy talentosos, con muchos deseos de aprender, tienen su nivel y quieren llegar aun más lejos”, advierte González.

El laureado arpista de talla mundial, oriundo de Paraguay, conoció a los dos jóvenes en el 2018, cuando ellos viajaron en compañía de Hildo desde Bogotá a la ‘ciudad que no duerme’ para disfrutar de un concierto de Mariano. Entonces decidieron que debían tomar lecciones.

“Ajustamos los planes, los contratos, casi acabo de llegar de Asia (India, Hong Kong, China), además de algunas presentaciones en Marruecos, y ahora estas lecciones, viajo a fines de mes a Europa, pero hicimos el tiempo, y aquí están Sergio y Tatiana, con muchos deseos, poniendo en cada lección el mayor interés”, resalta Mariano mientras ajusta su arpa.

“Crecimos en un ambiente musical, comentan los hermanos, nuestro abuelo, papá, tío, todos fueron músicos profesioanles, muy buenos, por cierto; ya niños, adolescentes, papá nos dio libertad, queremos decir, estudiar música o no, pero mamá sí está muy interesada, le agrada sobremanera que estemos en este mundo del arte, que toquemos”, aseveran.

La plática da un giro, los visitantes se sienten en las oficinas del semanario El Mundo como en sus casas, y hablan de la influencia musical, de las raíces, del idioma universal (que si el lenguaje de señas o la música), la musicalidad afro, hasta hacer referencias a Celia Cruz, Chucho Valdés, Arturo Sandoval, Paquito D’Rivera... todos extraclase.

El maestro deja traslucir su alegría porque ya en American Airline no le cobra por llevar el instrumento, “como viajo tanto, apunta, sabe cuánto he dejado en los aeropuertos, pero ya eso se resolvió”.

Salen a relucir la comida colombiana, las atracciones de Las Vegas, y luego los visitantes platican de sus discos. 

Se ponen de pie, quieren tocar, Mariano precisa que   el ‘Tren lechero’ es una pieza muy bonita, con muchas versiones, entre ellas la que van a ofrecer a continuación. “Hemos hecho algunos arreglos, pero la vamos a estrenar aquí para el colectivo de El Mundo”.

El virtuosismo se abre paso, parece como si las arpas se empeñaran en multiplicar el sonido característico de los trenes de hace algunos años, aquel tren que se detenía con frecuencia y era un acontecimiento a su paso.

La entrega de los artistas contagia, todos aplauden. 

Llega entonces ‘Lamento Joropo’, “es una composición mía, explica Sergio, aparece en mi disco, y hoy vamos a tener la oportunidad de que Tatiana se exhiba con las maracas, cuando la tocamos acompañados por el grupo, pues cada unbo tiene posibilidades de hacer un solo, y el público aprecia el nivel, la entrega del artista”.

Los dos hermanos se muestran convincentes, su demostración corrobora las palabras de Mariano sobre el talento. 

Hay palabras de agradecimiento. “Hace tiempo quería venir, afirma el maestro, le debo mucho a El Mundo, me han hecho muy buenas entrevistas, y qué mejor que venir con estos dos artistas”, concluye.  

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