De paseo por San Luis... Un emigrante que revive sus recuerdos

Por Roberto PELÁEZ

“Si la musa viene que me encuentre trabajando”, la frase del escritor Ernest Hemingway, toma forma en el quehacer del historiador cubano-americano Aldo Betancourt, quien acaba de publicar la segunda edición de su libro “Recuerdos de San Luis”.

Un lugarcito perdido, allá, en el oriente del oriente de Cuba, es San Luis, a pocos kilómetros de Santiago de Cuba. Betancourt acaricia la carátula del libro recién salido de imprenta y resalta: “No me animan las grandes tiradas, imprimo algunos ejemplares para mis hijos, mis familiares y los amigos de San Luis... lo mío son libros llenos de recuerdos, de vivencias, y también con una cuota de añoranza”, afirma.

Pertenecen a su autoría el vídeo ‘Homenaje a San Luis’, además de los libros ‘Relatos de mi pueblo’ y ‘El cubano’, estos dos últimos con tiradas de alrededor de 300 ejemplares... “con los recursos a mi alcance, dice, con mis manos, y claro, una cuota considerable de cariño y nostalgia”.

Y abunda: “En mi caso, como en el de millones de emigrantes, mi terruño vive dentro de mi; trato, en cada uno de mis libros, de que los lectores, -familiares, amigos, sanluiseros-, sientan el murmullo del río, el canto de los pájaros, saboreen las frutas, traten de preservar recuerdos; pretendo escribir y ‘ver’ a la gente de mi pueblo trabajar, cantar, bailar, reír... esa es mi intención, asevera, y no me corresponde decir a mi si lo consigo o no.

El protagonista en la obra de este incansable investigador, es San Luis, un pueblito a pocos kilómetros de Santiago de Cuba, formado por los barrios de Dos Caminos, Majaguabo, La Luz y Monte Dos Leguas. “San Luis, expresa Betancourt, fue la cuna de personajes como el neurocirujano Carlos Manuel Ramírez Corría.  

“Cuando hablamos de radionovelas o telenovelas, que tanto gustan a los hispanos, es oportuno señalar que Félix B. Carnet nació en San Luis, a él debemos ‘El derecho de nacer’, radiada tanto en Cuba, como en México, Puerto Rico, Perú, Brasil, Venezuela y Ecuador. Solo en México, prosigue, se exhibieron tres telenovelas con ese nombre, en 1966 con María Rivas; en 1981 con la actuación de Verónica Castro, y en el 2001 con Kate del Castillo.

“’El derecho de nacer’, explica, fue llevada al cine mexicano, en 1952 con Jorge Mistral y Gloria Marín, y casi 15 años después con Aurora Batista  y Julio Alemán”.

Vinculado a la radio y el teatro en San Luis, Betancourt viaja a Estados Unidos a finales de los años 60, visita México, República Dominicana y España, siempre acompañado de su esposa Emma, también una amante incondicional de San Luis y su gente, de sus paisajes, su música y su comida.

“Para ser justos, resalta el investigador, hay que mencionar por derecho propio a Ibrahim Ferrer, sanluisero, que vio la luz en febrero de 1927, llamado por su melodiosa voz a la reconocida agrupación ‘Buena Vista Social Club’ junto a figuras de renombre como Omara Portuondo, Compay Segundo, Eliades Ochoa y otras, con ellos ganó su primer premio Grammy a finales de los 90, y después con el disco ‘Buenos hermanos’ obtuvo el segundo en el 2004”, comenta Betancourt sin poder ocultar su orgullo.

 

Con muchos conocimientos del teatro cubano, diserta sobre el llamado ‘teatro vernáculo’, “figuras conocidas, apunta, pasearon por la isla el clásico del gallego, el negrito y la mulata con el que rieron generaciones de cubanos”, es un tema que me acompaña y del que me gustaría escribir”, promete.  

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