Salma Hayek y Channing Tatum unieron fuerzas en “Magic Mike’s Last Dance” para contar una historia que fusionará el baile exótico, el romance, el empoderamiento femenino y la transformación de los sueños.
“Leí el personaje de Maxandra Mendoza, me enamoré de la idea de interpretar a una mujer que se da cuenta que estuvo controlada por otros y que ni ella misma sabía cuáles eran sus sueños”, explicó Hayek.
Se sumó la dirección de Steven Soderbergh y “claro, bailar con este señor”, agregó entre risas mientras señalaba a Tatum.
“Para mí era importante cerrar la historia de Mike, mostrar el poder que puede tener una persona que crea en ti”, indicó Tatum, cuya historia de vida inspiró la película de “Magic Mike”, en 2012.
“Magic Mike’s Last Dance” comienza en una fiesta en Miami Beach en la que Mike es un barman. Max (Hayek) se entera de que él era un bailarín exótico y, ante la petición de un baile, comienza la escena más sensual de los tres filmes.
“Fueron secuencias fuertes para las que tuvimos que intensificar los entrenamientos, pero no fue demasiado para mí. Channing tuvo que hacer mucho más”, subrayó.
La intensidad, la sexualidad requirieron un trabajo entre ellos “para generar confianza”, lo que dijeron, era el elemento importante para dar a entender una sesión sexual.
Entre ellos se genera una complicidad que los hace brillar bajo la dirección de Soderbergh, (saga de “Ocean’s Eleven”, “Traffic” (2000) y las cintas anteriores de “Magic Mike”.
La historia de Max y Mike se pasea por el “thriller” sexual, la comedia romántica y los musicales, con un toque de empoderamiento femenino.
Para Tatum, lo más difícil no fue unificar todas estas vertientes, porque cree que “las películas ya no se separan por géneros”.
“En una sola historia puede haber muchos elementos, como los que incluimos aquí”, abundó. Miami (EFE)
