Tras varios días de caminata, la caravana de migrantes se tomó un descanso en el municipio mexicano de Huixtla tras recorrer unos 40 kilómetros desde Tapachula, ciudad del suroriental estado de Chiapas fronteriza con Guatemala.
La caravana, formada por unos 4 mil migrantes, en su mayoría centroamericanos y haitianos, hizo una escala en Huixtla, para descansar.
Los extranjeros aprovecharon la hospitalidad de la Iglesia católica para poder sentirse seguros y no ser detenidos.
“En el sur (el presidente Andrés Manuel) López Obrador sabe muy bien que no hay trabajo y no se puede tener a los migrantes durante tantos meses sin darles alguna documentación”, dijo a medios el sacerdote Hayman Vázquez.
Además, sostuvo que el gobierno federal debe entender que se necesita de las ONG y la sociedad civil para atender el fenómeno. Las caravanas no son la solución pero hacen visible la problemática.
La quinta caravana va a avanzar hacia la Ciudad de México, y luego a EEUU, está más organizada y a las fuerzas de seguridad se les va a hacer difícil desmantelarla.
Eleazar Gustavo García, originario de Honduras, obtuvo su visa humanitaria y con ésta viajó durante un año. Sin embargo, este documento migratorio se le caducó y por ello se sumó a la caravana, según explicó.
Irma Romero es otra migrante hondureña y viaja con tres niñas. En esta caravana viajan unos mil niños y decenas de mujeres embarazadas. Huixtla (EFE)