Cientos de migrantes piden frente a la Casa Blanca un alivio a su situación

“¡Nunca dejaré a mis hijos, mis hijos son mi vida!” fue el grito de guerra que se oyó frente a la Casa Blanca donde cientos de personas, muchas de ellas madres migrantes, clamaron para exigir un alivio migratorio para los centroamericanos en EEUU.

La plaza de Lafayette, frente a la residencia oficial del presidente estadounidense, Joe Biden, fue escenario de una protesta para exigir la extensión del programa Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés) para los migrantes de El Salvador, Honduras y Nicaragua, y la designación para Guatemala.

Allí hubo proclamas reivindicativas, representaciones teatrales para dar muestra del sufrimiento de las familias migrantes y música para defender el TPS para esos países, un programa por el que se posterga la deportación y se extienden permisos de trabajo.

Gladys contó que lleva 29 años en este país tras llegar desde El Salvador y que lucha por su hija de 13 años, que tiene la ciudadanía estadounidense. Si ella es deportada, la niña se quedaría sola.

A Gladys se le entrecortan las palabras cuando habla de la posibilidad de ser separada de su hija, a la que explicó que es posible que algún día no fuera a recogerla al colegio, si las autoridades migratorias la capturan y deportan.

“Es como hicimos en este teatro”, dijo Gladys al tiempo que señalaba un improvisado escenario donde se hizo una breve representación de lo que supone la separación de los padres de sus hijos.

Carmen Sánchez, salvadoreña, lleva 23 años en EE.UU. y no quiere regresar: “Si volviera a mi país no tendría dónde trabajar, no tendría cómo sustentar a mi familia, tengo a tres muchachos a los que estoy sacando adelante” en El Salvador.

Detalló que emigró a Estados Unidos “no por capricho, lo necesitaba, por la inseguridad en su país”.

“Tengo dos trabajos, los años que llevo en este país he contribuido con mis impuestos”, sentenció.

En noviembre pasado, el gobierno de Estados Unidos anunció ampliación del TPS para salvadoreños, hondureños y nicaragüenses hasta junio de 2024, y los participantes en la concentración desean que se extienda más allá. Washington (EFE)

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