Deber moral que Congreso actúe por reforma migratoria: Obispos

Obispos católicos estadunidenses dijeron al celebrar una misa en la frontera con México, que es un deber moral que el Congreso actúe para reformar las leyes de inmigración, pues no se puede permanecer indiferentes e insensible al sufrimiento humano causado por un sistema de inmigración roto.

Ocho obispos, integrantes del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), celebraron la misa el martes uno de abril en Nogales, Arizona, junto al muro metálico que marca la frontera entre México y Estados Unidos.

En el lugar los prelados, encabezados por el Cardenal Sean O’Malley de Boston, recordaron y oraron por los inmigrantes que han muerto tratando de cruzar hacia territorio estadunidense y pidieron al Congreso la aprobación de una reforma migratoria.

Colocaron también una ofrenda floral al pie del muro fronterizo en memoria de cientos de inmigrantes indocumentados que han muerto en su intento por cruzar hacia territorio estadunidense.

El cardenal O’Malley dijo durante la homilía que el sistema migratorio de Estados Unidos “está roto y está causando un sufrimiento indecible y una pérdida insostenible de los recursos, humanos y materiales”.

“No sólo la gente se está muriendo en los desiertos, también sufren bajo un sistema de deportación y detención inhumanas”, señaló O’Malley.

La reforma a las leyes de inmigración, explico, “es en última instancia acerca de los seres humanos, nuestros hermanos y hermanas. Como una cuestión moral, ya no podemos esperar más a arreglar nuestro roto sistema de inmigración”.

Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de la diócesis de Seattle y presidente del Comité de Migración de la USCCB, indicó por su parte que la justicia a los migrantes “es una causa humana y una causa de la iglesia”.

“Es un deber moral que el Congreso actúe”, señaló Elizondo al advertir sobre el peligro de caer “en la globalización de la indiferencia, en la pérdida del sentido de la responsabilidad y en la hipocresía”.

“La cultura del confort nos hace insensibles a los gritos de nuestros hermanos migrantes”, dijo.

De acuerdo con el Comité de Migración de la USCCB, la muerte de migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos se disparó un 27 por ciento en 2012. Hasta mayo de 2013, unos cinco mil 595 inmigrantes murieron cruzando la frontera desde 1998.

“El propósito de este viaje a Arizona es elevar la conciencia sobre la necesidad de que nuestro presidente y el Congreso actúen para aprobar la reforma a las leyes de inmigración para hacer frente a un sistema que no funciona”, dijo el obispo Gerald Kicanas de la Diócesis de Tucson.

Arizona es una de las entidades donde el debate sobre inmigración se mantiene álgido en los últimos años, al convertirse en el principal corredor para la migración desde principios de la década de los 90, tras el establecimiento de estrategias de vigilancia en otras áreas de la frontera.

También es el Estado donde existe la Operación Streamline, un programa que castiga con cárcel a quienes son detenidos por tratar de reingresar a Estados Unidos luego de haber sido deportados.

Además del cardenal O’Malley, Elizondo y Kincas, participaron en la misa los obispos John C. Wester, de Salt Lake City; Mark Seitz, de El Paso; Oscar Cantú, de Las Cruces; Ricardo Ramírez, Obispo emérito de Las Cruces y Luis Zarama, Obispo auxiliar de Atlanta.

La misa se efectuó al término de una reunión de dos días del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), en la que estuvieron presentes varios obispos mexicanos. Phoenix (NOTIMEX)

 

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