La Habana se viste de gala para la visita del papa Francisco

Por Anne-Marie GARCIA y Michael WEISSENSTEIN

Los edificios de los alrededores de la Iglesia del Sagrado Corazón tenían algunas ventanas con periódicos en lugar de vidrios. Las calles estaban llenas de agujeros. Las paredes descascaradas.

Hasta que el papa Francisco dijo que venía a La Habana.

De la nada aparecieron cuadrillas de empleados públicos que han estado embelleciendo una ciudad conocida por su deterioro, tapando agujeros, revocando paredes y pintando fachadas con colores pastel, de tono rosado, azul y verde. A lo largo y ancho de la capital, cientos de trabajadores han plantado palmeras, recogido basura y arreglado aceras. Flamantes grúas y cargadores que parecen naves espaciales ayudan a resolver problemas que habían sido ignorados por años.

A medida que se acerca la llegada del papa, la capital ha sido invadida por un espíritu renovador. La gente se alegra de que finalmente se esté remozando la urbe, pero no oculta su malestar por el hecho de que solo se ocupen de ella cuando viene un papa y La Habana concentra la atención mundial.

“Al menos algún beneficio sacamos de la visita del papa, aunque es una pena pensar que no se arreglan las cosas salvo en estas ocasiones”, señaló Carmen Silvano, estudiante de 25 años que vive en el centro, cerca de la iglesia que alberga a los jesuitas.

Francisco estará en Cuba del 19 al 22 de septiembre, en la tercera visita de un papa a la isla en menos de 20 años.

Silvano dijo que un edificio de su barrio “corre peligro de derrumbarse, la calle tiene muchos huecos y falta pintura, pero bueno, al menos se le pasó la mano a algunas cosas y ojalá sigan con el impulso del ‘plan Papa’, como le llaman”.

“Plan Papa” es el nombre con que los cubanos bautizaron burlonamente las obras de renovación asociadas con la visita del pontífice. De acuerdo con varios habitantes habaneros similares reparaciones precedieron las visitas de Juan Pablo II en 1998 y la de Benedicto XVI en 2012.

Con las reformas iniciadas por el presidente Raúl Castro se está llevando a cabo un programa de reparación y arreglos de las viviendas, particularmente en La Habana, donde las personas tienen más facilidades para comprar materiales de construcción. El responsable del arreglo de las áreas comunes de los edificios, no obstante, es el gobierno.

El mantenimiento es uno de los tendones de Aquiles de la capital cubana. Calles y edificios piden a gritos arreglos y restauración, y se planifican reparaciones que pocas veces se llevan a cabo. Los municipios de Centro Habana y La Habana Vieja son las zonas más antiguas de la capital, tienen muchas edificaciones bastante deterioradas y suelen ocurrir derrumbes, sobre todo cuando hay algún fenómeno meteorológico, como fuertes vientos, tormentas y lluvias.

“Es un acontecimiento importante para el país y para los cubanos. Yo no soy católico, pero soy creyente y respeto al papa, más este que viene diferente, cambiando muchas cosas de la Iglesia, y además contribuyó al restablecimiento de las relaciones Cuba-Estados Unidos. Así que bienvenido sea”, expresó José Ramos, un obrero de la construcción de 35 años que trabaja en el remozamiento de la ciudad, incluidos arreglos en la Iglesia del Sagrado Corazón.

Los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y Estados Unidos, Barack Obama, agradecieron al papa por sus buenos oficios cuando anunciaron el pasado 17 de diciembre el restablecimiento de las relaciones entre sus países.

“Quiero agradecer y reconocer el apoyo del Vaticano, y especialmente, del papa Francisco, al mejoramiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Igualmente, al gobierno de Canadá por las facilidades creadas para la realización del diálogo de alto nivel entre los dos países”, expresó Castro en una alocución televisiva en esa ocasión.

Vecinos de la zona explicaron a la AP durante un recorrido que había un programa de restauración de varios edificios, pero los trabajos estaban demorados porque no había materiales.

“Sin embargo, se anunció la visita del papa, aparecieron los materiales y se puso el pie en el acelerador para terminar las obras” explicó Dayron Rivero, de 45 años.

Rivero vive en uno de los edificios cercanos a la Iglesia y explicó que hacía años que no se pintaba. “Lucía muy mal”, pero en días recientes se pintó de azul claro. “No se solucionaron todos los problemas porque necesitaría que se cambiaran los pisos, que se repararan todas las ventanas de madera, y por dentro algunos techos están muy mal, pero al menos se le pasó la mano y luce mejor”, expresó Rivero.

La Iglesia del Sagrado Corazón estuvo en obras por meses y en las últimas semanas se dieron los toques finales y se asfaltó la calle Reina donde se encuentra. Las casas y edificios aledaños lucen asimismo recién pintados al igual que algunas tiendas.

“Esta Iglesia es la casa central de los jesuitas en Cuba, y el papa es jesuita, por eso tenemos muchos deseos y muchas esperanzas de que venga a verla y la hemos arreglado para que esté bien bonita”, expresó Milagros Rivero, ama de casa y católica de 38 años, que ayuda en los preparativos.

Los edificios y casas de la avenida 31, próxima a la Nunciatura Apostólica, en el municipio Playa, donde se hospedará el papa, lucen renovados, con asfalto nuevo, pintura fresca. . “Tenemos suerte, el papa siempre pasa por aquí”, dijo Rivero.

Si uno se aleja un poco de esa zona, se empieza a percibir el deterioro de las construcciones.

“Ojalá el papa se quedara más tiempo y recorriera todas las calles de nuestra capital. Tal vez hubieran arreglado muchas más”, comentó Maite Delgado, residente en un calle paralela a la avenida 31. LA HABANA (AP)

 

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